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14 de mayo de 2024

El Príncipe Heredero Saudí Mohammed bin Salman junto al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken

El Príncipe Heredero Saudí Mohammed bin Salman junto al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony BlinkenEFE

Oriente Medio

Arabia Saudí insiste en conseguir un pacto de defensa con EE.UU. antes de las elecciones presidenciales

El impulso diplomático de Riad obedece al deseo de cerrar un acuerdo mientras los demócratas estadounidenses sigan en la Casa Blanca y controlen el Senado

La guerra en la Franja de Gaza ha encendido de nuevo Oriente Medio. Desde el pasado 7 de octubre, cuando Hamás lanzó el mayor ataque terrorista contra Israel, matando a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y cogiendo como rehenes a más de 240 israelíes, los focos de violencia e inestabilidad se han multiplicado por toda la región. Uno de los daños colaterales fue la ruptura de las conversaciones entre Israel y Arabia Saudí para una normalización de relaciones.
A pesar de la violenta ofensiva militar israelí contra el enclave palestino, el acercamiento entre Tel Aviv y Riad no se ha descartado del todo. Al contrario, las negociaciones y los contactos se han mantenido, pero las condiciones han cambiado. El país del Golfo liga ahora la normalización de relaciones con el Estado judío al reconocimiento, por parte de este último, de un Estado palestino independiente y a un pacto de Defensa con Estados Unidos, que pretende cerrar antes de las elecciones presidenciales.
Arabia Saudí está cada vez más interesada en reforzar su seguridad y alejar las amenazas de su rival en la región Irán, con quien restableció relaciones en marzo del pasado año, para que el reino pueda seguir adelante con su ambicioso plan de transformar su economía y atraer enormes inversiones extranjeras, según apuntaron dos fuentes regionales a la agencia de noticias Reuters.
En este sentido, un pacto que ofrezca al mayor exportador de petróleo del mundo la protección militar de Estados Unidos a cambio de la normalización con Israel remodelaría por completo las dinámicas de Oriente Medio, al unir a dos enemigos históricos y vincular a Riad con Washington en un momento en el que China está haciendo incursiones en la región.
Un acuerdo de normalización también reforzaría las defensas de Israel frente a su archienemigo Irán y daría al presidente estadounidense, Joe Biden, una victoria diplomática de la que alardear antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
Los funcionarios saudíes han instado en privado a Washington a que presione a Israel para que ponga fin a la guerra de Gaza y se comprometa con un «horizonte político» para un Estado palestino, afirmando que Riad normalizaría entonces las relaciones y ayudaría a financiar la reconstrucción de Gaza, apuntó una de las fuentes regionales, citada por Reuters.
El problema, sin embargo, es que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que ha dedicado gran parte de su carrera política a oponerse a la creación de un Estado palestino, ha rechazado de plano cualquier aspiración árabe y estadounidense a un Estado palestino una vez finalizado el conflicto en el enclave mediterráneo.
«La normalización requiere realmente –si no legalmente, al menos políticamente– un compromiso por parte de los israelíes de que están abiertos a una solución de dos Estados», apuntó una de las fuentes regionales de alto nivel familiarizada con el planteamiento saudí.
«Si Israel detuviera su ofensiva militar contra Gaza, o al menos declarara un alto el fuego, sería más fácil para Arabia Saudí seguir adelante con el acuerdo», añadió.
El impulso diplomático de Riad obedece al deseo de cerrar un acuerdo mientras los demócratas estadounidenses sigan en la Casa Blanca y controlen el Senado, así como a la creciente preocupación por el alcance militar de Irán, que tiene milicias tanto en Irak y Yemen, vecinos de Arabia Saudí, además de Líbano, Siria y Gaza.
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