La primera ministra italiana Giorgia Meloni
Los periodistas de la RAI desafían a Meloni con una huelga de 24 horas
Los sindicatos de la televisión pública denuncian intentos de censura por parte del gobierno
Los sindicatos de la RAI, televisión y radio públicas de Italia, ha planteado un desafío a la primera ministra Giorgia Meloni con una huelga de 24 horas este lunes en defensa de «su autonomía e independencia» y contra el «control político» del medio.
«Preferimos perder uno o más días de paga que perder nuestra libertad, convencidos de que la libertad y la autonomía del servicio público son un valor de todos, y la RAI es de todos», defendieron los periodistas de la RAI en un comunicado.
Según el principal sindicato convocante, la Unión Sindical de Periodistas de la RAI (USIGRai), el gobierno ha tratado imponer la censura al medio público, una afirmación que la dirección de la RAI ha tildado de «noticia falsa».
USIGRai difundió un vídeo comunicado en el que detalla las razones de la convocatoria. Denuncia el sindicato que la RAI «está reduciendo la plantilla al no sustituir las bajas por jubilación y maternidad».
Denuncia también que la empresa pública ha negado un contrato de trabajo a decenas de empleados precarios de la radio y televisión pública italiana y que se realizan contrataciones y nombramientos sin concurso público.
El sindicato afirma que la empresa niega a los periodistas la bonificación por desempeño que sí se entrega a otros empleados.
En cuanto a la denuncia de intentos de censura ejercida por la intromisión directa del gobierno de Meloni en la RAI, USIGRai hace referencia al caso Scurati.
Se refiere el sindicato al monólogo programado por la RAI del escritor izquierdista Antonio Scurati con motivo de la celebración del Día de la Liberación del pasado 25 de abril.
El monólogo fue cancelado por la dirección del medio debido, según la explicación oficial, a la alta retribución que exigía Scurati: 1.800 euros por poco más de un minuto de discurso.
Los sindicatos de la RAI, sin embargo, denunciaron un intento de censura por parte de los directivos de la televisión nombrados por el gobierno.
La misma Meloni terció en la polémica y defendió la decisión de la dirección de la RAI de descartar la colaboración de Scurati: «Simplemente se ha rechazado pagar 1.800 euros (el salario mensual de muchos empleados) por un minuto de monólogo», argumentó.
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