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Rob Jetten venció las elecciones en Países Bajos

Rob Jetten venció las elecciones en Países BajosEFE

A la izquierda no le salen las cuentas para gobernar Países Bajos tras su ajustada victoria en las elecciones

Las negociaciones para formar una coalición se han estancado y vuelve a asomar el fantasma del bloqueo

Rob Jetten, el joven líder progresista de Demócratas 66 (D66), ganó las elecciones de la semana pasada en Países Bajos por el margen más estrecho que se recuerda, con apenas 28.000 votos de ventaja sobre el Partido por la Libertad (PVV), de Geert Wilders. Ambos empataron a 26 escaños, pero esa mínima diferencia le otorgó a Jetten la legitimidad para tomar la iniciativa en la negociación para formar Gobierno.

Aunque D66 ha conseguido cuadruplicar su representación y Jetten se ha convertido, con 38 años, en el primer ministro más joven que podría tener el país, la aritmética parlamentaria no acompaña. La cámara, con 150 diputados y una fragmentación récord de quince partidos, se ha escorado claramente hacia la derecha y limita las opciones de un gabinete netamente progresista.

Jetten ya ha expresado cuál sería su coalición ideal: un «gobierno de centro amplio» con la alianza de ecologistas y socialdemócratas GroenLinks-PvdA, el liberal conservador VVD y los democristianos del CDA. Esa suma alcanzaría una mayoría holgada de 86 escaños. Pero hay un problema, y es que el VVD se niega en redondo a sentarse en el Consejo de Ministros con GroenLinks-PvdA. «No hay ningún escenario en el que esos partidos estén juntos en un gobierno», repitió este martes su líder, Dilan Yesilgöz, enfrentando a Jetten a una paradoja: sin el VVD no le dan los números y sin GroenLinks-PvdA su victoria perdería prácticamente todo contenido ideológico.

El camino alternativo pasa por un gabinete de centroderecha junto al propio VVD, el CDA y el euroescéptico JA21. Pero además de situar a D66 como una pieza secundaria en su propio Gobierno, esa fórmula –que tendría solo 75 escaños– ni siquiera alcanza la mayoría absoluta.

El presidente del Parlamento, Martin Bosma, designó el martes a Wouter Koolmees –exministro de Asuntos Sociales y negociador experimentado– como explorador encargado de medir qué coaliciones son viables y presentar a un «formador» de Gobierno, muy probablemente Jetten. Se ha marcado como plazo presentar su informe el 11 de noviembre, tras reunirse con todos los partidos representados.

Leader of the PVV (The Party for Freedom) Geert Wilders reacts as he delivers remarks to journalists outside the PVV faction room at the Lower House, the day after the Dutch parliamentary election vote, in The Hague, on October 30, 2025. The Dutch far-right Party for Freedom (PVV) is running neck-and-neck with a pro-European centrist party Democrats66 (D66) in a nailbiting election, according to an estimate on October 30, 2025 with more than 90 percent of votes counted. (Photo by SIMON WOHLFAHRT / AFP)

Geert Wilders, líder del PVVAFP

Pero, para llegar ahí, Jetten tendrá que sacrificar parte de la identidad que le ha llevado al éxito. Durante la campaña evitó comentar en exceso sobre inmigración o clima, aunque fueron sus grandes temas como ministro. Eligió hablar de unidad, de estabilidad y de cumplir mandatos completos. Y ese mensaje se ha traducido en votos desde ambos extremos del centro que ahora le colocan con el reto de no decepcionarlos.

Quien sí parece cómodo con este escenario es Wilders. Aunque ha reconocido su derrota y felicitado a Jetten, se prepara para liderar la oposición, convencido de que la élite política, como él la describe, volverá a gobernar de espaldas al «sentir ciudadano».

Por su parte, GroenLinks-PvdA se mueve entre la presión por entrar en un Ejecutivo europeísta y la tentación de liderar desde la oposición una alternativa progresista de largo plazo. Su nuevo jefe parlamentario, Jesse Klaver, ya ha acusado al VVD de «juego político anticuado» por bloquear una coalición «que pide la sociedad».

Los democristianos del CDA, mientras tanto, evitan mojarse. Algunos dirigentes no descartan un Gobierno en minoría si permite evitar elecciones anticipadas.

Mientras tanto, se asume que, en algún momento, uno de los actores tendrá que ceder. Y todas las miradas apuntan al VVD. Mientras tanto, la única certeza es que la victoria de Jetten no ha despejado el futuro político de Países Bajos, que se vuelve a enfrentar a meses de bloqueo y Gobiernos sin capacidad real de gobernar.

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