La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Bruselas
Un año del Gabinete Von der Leyen: atrapada por la polarización y sin apenas margen de maniobra
Este 1 de diciembre se cumple el primer aniversario del nuevo gabinete europeo
«Europa debe mantener la presión sobre Rusia» de cara a la negociación de un plan de paz para Ucrania que está negociando en estos momentos con Estados Unidos, Rusia y Ucrania como actores principales, aseguró la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, el pasado miércoles.
En este primer párrafo se encuadran las claves del que ha sido el primer año del Gabinete de la dirigente europea, fruto de las elecciones del pasado mes de junio de 2024. Una presidenta ninguneada en el plano internacional y a la que la polarización de sus propios socios le dejan sin margen de maniobra.
Úrsula Von der Leyen fue reelegida como presidenta de la Comisión Europea el pasado 1 de diciembre de 2024 con los votos favorables tanto del Partido Popular Europeo como de los socialistas. Sin embargo, las relaciones entre ambos partidos a nivel interno se han deteriorado notablemente, lo que han aprovechado los partidos extremistas para plantearle solo en este año hasta dos mociones de censura a los que Von der Leyen ha considerado sobrevivir pero con la amenaza de que en cualquier momento le pueden plantear otra más y, cualquier movimiento en falso le puede suponer la pérdida del apoyo de los grupos mayoritarios y, por lo tanto, tener que dejar la sede del edificio Berlaymont de Bruselas.
En medio de este maremagnum interno, la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el pasado mes de enero y su impulso a un posible acuerdo de paz en torno a la guerra de Ucrania le ha quitado también la escasa iniciativa que había mostrado hasta ahora y le ha denostado a una posición de ninguneo por parte de los negociadores.
Así que lo único que puede hacer la presidenta de la Comisión es prometer mantener la ayuda militar y civil a Ucrania, y esta ayuda fue valorada por la propia Von der Leyen en 135.000 millones de euros en los próximos dos años, algo que tendrá que salir de los Estados miembros y de unos Presupuestos para los próximos cinco años que, precisamente en estos momentos se están negociando en Bruselas.
En este sentido, la propia Comisión Europea afirma en su balance del primer año de legislatura que «hemos colaborado con los Estados miembros para que Europa asumiera una mayor responsabilidad en materia de defensa y seguridad, manteniendo al mismo tiempo nuestra solidaridad inquebrantable con Ucrania». Es decir, vuelca la responsabilidad en los Estados y no tanto en el organismo comunitario.
Y en este sentido, por ejemplo, pese a los acercamientos de la presidenta de la Comisión a Pedro Sánchez, con quien asegura tener una buena relación, en España tiene una piedra dura de roer con las reticencias, influido por los socios de Sumar, a aumentar el gasto militar.
Mientras tanto, la propia Comisión asegura que, durante este año de mandato, su labor «se ha centrado en ayudar a las industrias a navegar por un entorno mundial cambiante, mejorar la asequibilidad y la calidad de vida de los ciudadanos, impulsar la transición hacia una energía limpia y aprovechar las oportunidades de la transformación digital».