La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, rodeada de líderes europeos durante la cumbre del Consejo de la UE en Bruselas
Italia Meloni se impone en la Unión Europea: ni Mercosur ni activos rusos congelados y mano dura con la inmigración
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, puede inaugurar la temporada navideña habiéndose erigido como una de las líderes más influyentes de la Unión Europea. Una imagen lo dice todo y la que ha marcado la última cumbre del año del Consejo Europeo –que se presentaba como una de las más decisivas para los Veintisiete– es la de una Meloni rodeada por los jefes de Estado de Francia, Polonia, Grecia o Irlanda. En estas últimas semanas, Roma ha impuesto a la UE tres de sus grandes prioridades: un aplazamiento del acuerdo con Mercosur, la emisión de eurobonos para financiar a Ucrania en vez de movilizar los fondos rusos congelados y, por último, una política migratoria mucho más restrictiva.
Así, Meloni ha logrado capear la respuesta interna que estaban teniendo algunas de las propuestas europeas en su país. El acuerdo con Mercosur, que lleva negociándose ya durante 26 años y cuyo capítulo final parecía estar a punto de escribirse esta semana, ha vuelto a descarrillar por la presión de los agricultores en países como Francia o Italia. En este asunto, la líder de Hermanos de Italia ha contado con el apoyo del presidente francés, Emmanuel Macron. Meloni, a su llegada al Consejo Europeo este jueves, al ser preguntado por el acuerdo explicó que su Gobierno estaría dispuesto a firmar «tan pronto como se den las respuestas necesarias a los agricultores, que dependen de las decisiones de la Comisión Europea y que pueden definirse en un plazo breve».
Estas garantías, consensuadas con París, incluyen salvaguardas para los agricultores en caso de que la llegada de productos procedentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay perjudiquen el mercado europeo, así como una prórroga de un mes para vender el acuerdo a aquellos que se oponen internamente. Bruselas ha aceptado ambos requisitos, lo que se ha percibido como una victoria para Meloni y un duro varapalo para otros países como España o Alemania. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tuvo que reconocer este viernes que los Estados miembros necesitan «unas semanas más», pero que la firma del acuerdo tan solo se ha «pospuesto ligeramente».
Bruselas espera cerrar finalmente la negociación con Mercosur a principios del próximo mes de enero. «No se pierde mucho con estas tres semanas después de 26 años», señaló, por su parte, el presidente del Consejo Europeo, António Costa. Después de este varapalo para la UE llegó otro aún más doloroso, la imposibilidad de sacar adelante la propuesta de utilizar 92.000 millones de euros en activos rusos congelados en Europa para financiar a Ucrania. El principal escollo era superar el veto del país donde se guardan la mayoría de estos fondos, Bélgica. Su primer ministro, el flamenco Bart De Wever, temeroso de las represalias del Kremlin en caso de que la iniciativa saliera adelante, se mantuvo firme en su negativa. Pero no fue el único, Meloni tampoco veía con buenos ojos el uso de los activos rusos congelados.
Finalmente, el resto de Estados miembros, y tras una maratoniana sesión de negociación, aceptaron la solución de Italia y Bélgica, la emisión de eurobonos. Tras más de 16 horas de reunión, Bruselas anunció en la madrugada de este viernes que emitirá deuda conjunta por valor de unos 90.000 millones de euros para respaldar económicamente a Ucrania durante los próximos dos años. Países como Hungría, República Checa o Eslovaquia quedan fuera de esta fórmula. «Con carácter urgente, concederemos un préstamo respaldado por el presupuesto de la UE. Esto permitirá hacer frente a las necesidades financieras urgentes de Ucrania. Y Ucrania solo reembolsará este préstamo una vez que Rusia pague las indemnizaciones», explicó Costa.
El último gran logro de Meloni en estos días ha sido el respaldo de Bruselas a su plan de deportación de inmigrantes ilegales a terceros países. Después del acuerdo provisional logrado entre el Parlamento Europeo y el Consejo, la primera ministra italiana vuelve a recuperar su propuesta, frenada por los tribunales italianos, de enviar a los inmigrantes a centros en Albania. Roma tiene previsto reabrir las instalaciones de Gjadër, en el país balcánico, en marzo de 2026. Meloni termina así el 2025 con tres grandes victorias en la Unión Europea y reafirma su liderazgo frente al resto de capitales europeas.