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24 de abril de 2024

Philippe Tesson

Philippe TessonAFP

Philippe Tesson (1928-2023)

Un agitador cultural muy de derechas

Mítico director de cabeceras de opinión para élites urbanas, compareció ante los tribunales una treintena de veces por sus críticas a De Gaulle antes de evolucionar irreversiblemente hacia posiciones conservadoras

Philippe Tesson
Nació el 1 de marzo de 1928 en Wassigny (Picardía) y falleció el 1 de febrero de 2023 en Chatou, municipio de la provincia de Versalles

Philippe Tesson

Diplomado en Ciencias Políticas, empezó como funcionario público antes de orientarse hacia el periodismo como director de 'Combat' (1960-74) y de 'Le Quotidien' de París (1974-93). Crítico teatral de primer nivel, transmitió esa pasión a sus dos hijas, Stéphanie y Daphné. La vena periodística y literaria la ha heredado su hijo Sylvain, escritor de novelas de viaje y uno de los autores más vendidos de Francia.

Philippe Tesson llevaba una vida tranquila –con unas inquietudes intelectuales que brotaron, eso sí, muy pronto– de funcionario del Parlamento hasta que un día de 1960 fue nombrado redactor jefe de Combat, mítica cabecera nacida en la clandestinidad durante la Segunda Guerra Mundial y cuya dirección asumió brevemente Albert Camus una vez acabado el conflicto. Sus columnistas se llamaban –la lista, obviamente, no es exhaustiva– Raymond Aron, pese a una escora editorial hacia la izquierda, o André Breton.
Más en 1960, esas y otras figuras ya habían partido hacia otros medios, mientras Francia estaba partida en dos por la Guerra de Argelia; y Combat aún más, entre el izquierdista Maurice Clavel y el maurrassiano Pierre Boutang. Tesson supo hacer un influyente diario de opinión, ensamblando a esas y otras sensibilidades muy contrapuestas, pero unidad por el elemento unificador del antigaullismo: baste decir que en los primeros años al frente de Combat, el director fue convocado una treintena de veces ante el tribunal competente para los delitos de prensa por «ofensa al Jefe del Estado». Pero nunca cedió, era demasiado libre d'ésprit.
La independencia de Argelia significó el inicio de la lenta, pero inexorable decadencia del diario, a pesar de un fugaz repunte durante las revueltas de mayo y junio de 1968. Seis años después, el editor, Henri Smadja cerró Combat. Tesson, sin embargo, estaba determinado a proseguir el combate y, con una buena parte de la plantilla, inició la aventura de Le Quotidien de Paris, con los mismos cánones: carácter incisivo, opiniones de diversa procedencia y ninguna complacencia hacia el poder.
El giro copernicano llegó en 1981, año de la primera victoria presidencial de François Mitterrand y la consiguiente transformación de Le Quotidien en un órgano nítidamente antisocialista. En lo político y en lo cultural. ¿Qué el alto dirigente socialista Paul Quilès se quejaba de la lentitud de las purgas en la Administración? Al día siguiente, el diario de Tesson titulaba «Robespaul!».
Si nunca, ni por asomo, superó en ventas, o en influencia dentro del espectro conservador, a Le Figaro, Le Quotidien ejerció un notable papel de aguijón en los principales combates contra el poder mitterrandiano, desde la defensa de la libertad educativa hasta la denuncia de un multiculturalismo impulsado desde las alturas, cuyas nefastas consecuencias son hoy perceptibles. Tesson desempeñaba su labor al frente de una redacción en la que destacaban figura como el académico Jean-Marie Rouart, y, a modo de vivero de talentos, jóvenes promesas como el polemista y político Éric Zemmour o Claire Chazal, convertida años más tarde en referente televisivo.
Una pequeña pantalla en la que Tesson destacó como tertuliano. Por ejemplo, en sus enfrentamientos con el director del diario progresista Libération, Serge July. Por eso, se recicló muy bien televisivamente en la segunda mitad de los noventa, a raíz de la crisis definitiva de Le Quotidien, presentando programas culturales y virando paulatinamente hacia el teatro, la pasión de su vida. Nadie, empezando por sus enemigos –eran legión– discutía la finura en la crítica de quien había asistido a más de 12.000 representaciones. Y que también pasó de la teoría a la práctica: con 83 años compró un teatro de Montparnasse, subiendo por primera vez sobre las tablas a los 88.
Aunque Tesson nunca se alejó de la polémica ideológica. Tras el atentado contra Charlie-Hébdo, acusó a los musulmanes de «llevar la mierda a Francia». Por una vez, la inevitable querella fue archivada.
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