Gianni Minà (1938-2023)
A los pies de Fidel Castro y de sus émulos
Prototipo del intelectual europeo fascinado por las dictaduras de izquierda, fue asimismo amigo de García Márquez y Fellini
Nació el 17 de mayo de 1938 en Turín (Italia) y falleció el 27 de marzo de 2023 en Roma
Gianni Minà
Su densa y polifacética trayectoria periodística le llevó a tratar materias tan diversas como los deportes o el cine y a destacar en prensa escrita, radio y televisión, principalmente en la Rai.
«Cuba para mí representa una utopía exitosa. La Revolución no termina con los Castro», declaró sin tapujos Gianni Miná hace cinco años, en una entrevista concedida a la edición italiana de The Huffington Post. Ni una palabra hacia los presos políticos o a los disidentes implacable y permanente acosados por la dictadura comunista.
Bien es cierto que tenía motivos para estar agradecido: en 1987, Fidel Castro le concedió un encuentro de dieciséis horas de duración, plasmado en un libro, Habla Fidel, traducido a varios idiomas, y seguido, unos años después, por Fidel, presente y futuro de una ideología en crisis. El Papa y Fidel, dedicado a la visita de Juan Pablo II a Cuba en 1998, completó la trilogía laudatoria dedicada al dictador.
Minà era un fiel representante de esas élites progresistas occidentales cegadas por un régimen que fue criminal desde sus inicios, como bien demostró anteayer María Werlau en las páginas de El Debate. Las aplastantes evidencias no le hicieron fruncir el ceño lo más mínimo acerca de la trágica realidad cubana, que distorsionaba para ajustarla a su relato.
Mas la isla caribeña no agotaba su interés por la izquierda latinoamericana: Frei Betto o el subcomandante Marcos o Rigoberta Menchú centraron, asimismo, el interés del periodista italiano, que obtuvo su diploma de progresismo al ser expulsado, en 1978, del Mundial de Fútbol de Argentina. Con razón, había preguntado al presidente del comité organizador acerca de las víctimas de la represión desatada por la junta que entonces encabezaba el general Jorge Videla.
El reportero cubría su sexta copa mundial de fútbol, de un total de ocho. Del balón a los anillos: siete fueron las olimpiadas a las que asistió, siendo las primeras las celebradas en Roma en 1960. El periodismo político y el deportivo eran dos elementos de la polifacética trayectoria de Minà, que también se extendió a los temas sociales y culturales, como demuestra el libro divulgativo que publicó sobre la historia del jazz.
Curiosamente, mezclaba a los protagonistas de las distintas materias que abordaba. Lo hizo en el plató de Blitz, el popular programa que presentó en la Rai, cuando congregó en una ocasión a Federico Fellini, a su mujer Giulietta Massina, a Robert De Niro y a Gabriel García Márquez. A los dos últimos les convenció para cenar en un restaurante romano en compañía de Cassius Clay y Sergio Leone. Solo él podía hacerlo. Y, además, pagó la cuenta.
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