
Carlos Tena
Carlos Tena (1943-2023)
El caballero de la triste figura que nos educó el oído en los 80
La música no tenía secretos para él, acostumbrado a dar la nota en la televisión, la radio y la prensa escrita con sus críticas musicales

Carlos Tena
Presentador, locutor y crítico musical
Locutor, presentador, crítico musical, productor... Carlos Tena interpretaba la música como nadie sin necesidad de tocar más instrumento que el descaro. Presentó programas innovadores en TVE y aportó su conocimiento también en RNE. Tiempo después participó, junto a Lauren Postigo, como jurado de Lluvia de estrellas y su versión infantil Menudas estrellas, los programas de Bertín Osborne en Antena 3.
El boom musical que vivió España entre finales de los 70 y comienzos de los 80 no se entiende sin él. Sin sus explicaciones. Sin sus recomendaciones. Ha muerto Carlos Tena, y es escuchar su nombre y se te viene una canción a la cabeza. Una canción que puede ser de Radio Futura, de la Nova Trova Cubana o de El Fary, pues el fallecido crítico le pegada a todos los estilos. Fue un prescriptor de auténtico lujo, un educador del oído, en una época en la que no había Google a mano para moverse en los océanos musicales.
Había triunfado primero en la radio (con Para vosotros jóvenes y Clásicos populares, ambos en RNE), pero la mayoría lo conocimos gracias a Pop-Grama, que se emitía en la segunda cadena bajo la dirección de Francisco Soriano y con un elenco de reporteros extraordinario: Diego A. Manrique, Ángel Casas, Paco Delafuente y el propio Tena. Actuaciones, entrevistas y reportajes se combinaban en un espacio que tuvo un impacto inmediato pese a sus pocos medios, pues el equipo lo integraban un total de siete personas. Se presentaba como «revista del rock y el rollo», pero después fue abriéndose a estilos como el folk y el flamenco, y de hecho es muy recordado un monográfico dedicado al grupo andaluz Triana y, sobre todo, una entrevista a Bob Marley. Desapareció de forma definitiva a comienzos de 1981, más de tres años después de su inicio, pero en ese período sufrió varias interrupciones, como aquella en que fue sustituido de forma repentina por Musical Express. Tena, que fue siempre un tipo sin pelos en la lengua, achacó tanto aquella interrupción como el adiós definitivo a un trabajador de su misma cadena: «José Luis Urribari quiere ser el único, no admite ninguna competencia parece que nuestra presencia molesta. Nosotros vamos por otro camino. Es decir, que no estamos dispuestos a hacer promoción de las novedades discográficas, ni nuestro escenario ni nuestro estilo es tan hortera». Estaba hablando, claro, de Aplauso, un programa de gran éxito entregado a la música más comercial, a los Bosé, Iván y Pedro Marín de turno. Le quedó el consuelo de mantenerse en la onda, pues tras aquel adiós siguió presentando en la radio pública Clásicos populares , espacio en el que vivió dos episodios de censura.
Su particular estilo –para los que no lo conocieron digamos que era a la música lo que Antonio Gasset al cine– tuvo continuidad en ese mismo año 1981 con Música, maestro, un programa dedicado a la música culta (tenían prohibido poner música pop o rock), donde estuvo acompañado de nuevo por Ángel Casas. Era un espacio con aires teatrales en el que llegó a presentarse como El Caballero de la Triste Figura, papel que le encajaba por su evidente delgadez. Presumió de que en Música, maestro actuaron por primera vez en la televisión pública artistas como Ives Montand, George Brassen, Teodorakis, Vainica Doble, Amando Prada o la Nova Trova Cubana.
Como nada es eterno, en 1983 se sacó de la manga Caja de ritmos, presentado como «un espacio de música vanguardista dedicada a los grupos aún desconocidos». Entre estas bandas desconocidas estaban Las Vulpes, que dejaron de serlo tras su pase en el programa: no se habló de otra cosa en España. La actuación de estas bilbaínas cantando el tema Me gusta ser una zorra en un programa emitido el sábado 23 de abril de 1983 causó un revuelo nacional. Fue motivo de una querella de la fiscalía general del Estado contra los autores de la letra y contra el propio Tena, en su condición de director de La caja de los ritmos. La querella estaba basada en el artículo 431 del Código Penal, que decía que «el que de cualquier modo ofendiere el pudor o las buenas costumbres con hechos de grave escándalo o trascendencia incurrirá en las penas de arresto mayor, multa de 10.000 a 50.000 pesetas e inhabilitación».El programa fue suspendido, y al mes siguiente inició su andadura en la cadena pública un formato que vino a llenar su hueco y acabó haciendo historia: La edad de oro, creado y dirigido por la gran Paloma Chamorro.
En verano del año siguiente, 1984, Tena estrenó nuevo espacio, Pop-qué, un programa concurso con azafatas y todo en el que los concursantes tenían que responder a preguntas tras la emisión de vídeos musicales. Fue recibido como una especie de Un, dos, tres musical, pero estuvo lejos de tener la repercusión del espacio de la Ruperta. Un indicativo de la popularidad de Tena por entonces es que fue el encargado del espacio con el que la segunda cadena recibió el año 1985, titulado Muera el 84.
En 1985 llegó su programa de título más recordado, A-uan-ba-buluba-balam-bambu, estrenado el jueves 18 de abril –el martes se cumplirán 38 años– y que presentaba junto a Sandra Milhaud. Pase de vídeos musicales y actuaciones en directo de la más rabiosa actualidad pop y rock, pero también espacio para otras músicas y artistas veteranos. Un ejemplo: en un mismo programa podía convivir Boy George, de Culture Club, con El Fary.
A mediados de los años 90, después de salir de RTVE, participó en los programas de Antena 3 Lluvia de estrellas y Menudas estrellas, la versión infantil del formato de Gestmusic. Bertín Osborne presentaba y los legendarios Carlos Tena y Lauren Postigo ejercían como jueces.
Años más tarde, Tena, ferviente comunista, se marchó con la música a otra parte: se instaló en Cuba. Hasta en eso era revolucionario.