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27 de abril de 2024

Concha Velasco

Concha VelascoEFE

Concha Velasco (1939-2023)

La chica yeyé

Actriz de cine y teatro, cantante, bailarina y presentadora de televisión, la siempre sonriente Concha Velasco estuvo en lo más alto de una carrera plagada de premios durante más de cincuenta años.

Concha Velasco
Nació en Valladolid el 29 de noviembre de 1939 y murió en Majadahonda (Madrid) el 2 de diciembre de 2023

Concepción Velasco Varona

Fue una de las más queridas, respetadas y prolíficas artistas españolas que intervino en más de 100 películas, sacó una docena de discos y triunfó en varios programas de televisión.

Icono de la década de los 60, fue siempre una de las actrices y cantantes más queridas y aplaudidas de España, que supo adaptarse a la llegada de la televisión y de la edad con notable soltura y que encarnó como nadie la canción que ella misma popularizó: «Mamá, quiero ser artista». Porque Concha Velasco no fue otra cosa sino artista.
Nacida en Valladolid en 1939, durante diez años se forma como bailarina en Madrid y antes de cumplir los veinte, después de debutar como bailaora en la compañía de Manolo Caracol, prueba suerte en el cine con papeles menores en La reina mora o La fierecilla domada. Pero en 1958, Las chicas de la Cruza Roja lo cambia todo. En esta simpática película coral que es una de las más taquilleras de la historia del cine español, Conchita Velasco brillaba con luz propia y, de la noche a la mañana, se convierte en estrella. En la década de los 60 interviene en más de 30 películas, muchas de ellas a las órdenes de Pedro Lazaga, Rafael J. Silva o José Luis Sáenz de Heredia. Son los años de Los tramposos, El día de los enamorados, Sabían demasiado o La verbena de la Paloma, pero no sería hasta 1965 que no se convierte en un fenómeno social y cultural. Y es que ese año estrena Historias de la televisión donde canta una canción compuesta por Augusto Algueró y Antonio Guijarro que, con voz ronca y contoneándose vivamente, marcaría a toda una generación. A sus 26 años, Conchita Velasco encarna el paradigma de jóvenes españoles nacidos en la postguerra que querían divertirse, tomar el sol, conducir un 600 y bailar en minifalda. Se la conocería ya para siempre como «La chica yeyé».
Aunque se la vincula como la pareja inequívoca de Tony Leblanc con quien coincidió en una decena de películas, de ella puede decirse que trabajó con todos los actores más populares de la época: José Luis López Vázquez, Antonio Ozores, Alfredo Landa, Gracita Morales, Juanjo Menéndez, Arturo Fernández, Manolo Gómez Bur, Esperanza Roy, Cassen, Rafael Aparicio, Julia Caba Alba, Francisco Rabal, Manolo Escobar o Fernando Fernán Gómez. Era lista, divertida, eficaz y tenía una vis cómica extraordinaria, algo que supieron ver directores como Mariano Ozores, Javier Aguirre o José María Forqué. Las que tienen que servir, El taxi de los conflictos, Venta por pisos o Préstame quince días fueron sólo algunos de los filmes de aquella década inolvidable que alternó con una nada desdeñable carrera musical.
En 1970, Concha participa en algunas de las películas del predestape donde se hablaba de bikinis, fines de semana tórridos, adulterio y divorcio, pero reusaría ir más allá y viró su carrera hacia el teatro y un cine más serio, demostrando que tenía una inmensa capacidad dramática como demostraría a lo largo de los siguientes veinte años en producciones como La Colmena de Mario Camus o Más allá del jardín de Pedro Olea. Pero, seguramente, el mejor papel de toda su carrera sea el de Teresa Jesús en la ambiciosa serie que realizó Televisión Española sobre la Doctora de la Iglesia en la que, a sus 45 años, Concha Velasco demostraba ser una actriz poderosa. Por su interpretación en la serie de Josefina Molina ganó el Fotogramas de Plata, el TP de Oro y la Antena de Oro.
Su carrera en el teatro fue igualmente prolífica, aplaudida y reputada. Fue durante la representación de Don Juan Tenorio a mediados de los 60 cuando conoció al que sería su marido Pedro Marsó con quien tuvo dos hijos. Amante de la escena y de los libretos clásicos y de nuevo cuño, intervino en más de treinta obras de teatro a lo largo de cuarenta años. En 2014 fue declarada miembro de honor de la Academia de las Artes Escénicas de España y en 2016 se le otorgó el Premio Nacional de Teatro.
Tampoco se le resistió la televisión donde, además de intervenir en algunos de los mejores Estudio 1 de la cadena como La dama del Alba o Una muchachita de Valladolid, demostró ser una magnífica presentadora. Aún son inolvidables los tres Especial Nochevieja de TVE que condujo a mediados de los 80 el magazín nostálgico Tiempo al tiempo. Intervino, además, en varias e importantes series de ficción como Motivos personales, Herederos, Gran Hotel o Velvet. Pero, sin duda, el último capítulo de su vida televisiva estuvo marcado por los nueve años en que estuvo al frente del programa de televisión Cine de Barrio donde muchas veces presentaba películas en las que ella había intervenido aportando un anecdotario y un sentimentalismo únicos en la historia de la televisión.
Fue enormemente premiada a lo largo de toda su carrera como actriz. En su haber tenía el Max de Honor, el Valle Inclán, el Ondas, la Espiga de Oro, la Medalla CEC y el Goya de Honor que recibió en medio de una enorme ovación en el año 2012. Pero, además, fue galardonada con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, con la Medalla al Mérito en el Trabajo, con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, con la Medalla de Oro de Valladolid y la Medalla de Oro de Madrid.
No ha habido –y seguramente no habrá– nadie como Concha Velasco en la historia del cine, el teatro, la canción y la televisión en España. Simpática, espontánea, bellísima y natural, acompañó a varias generaciones de españoles que jamás la podrán olvidar.
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