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Francisco Gil Hellín

Francisco Gil Hellín

Mons. Francisco Gil Hellín (1940-2025)

Fiel colaborador de Juan Pablo II, también erigió el instituto «Iesu Communio»

Prestó sus servicios en el Pontificio Consejo para las Familias y, entre 2002 y 2015 fue arzobispo de Burgos

Francisco Gil Hellín

Francisco Gil Hellín

Nació el 2 de julio de 1940 en La Ñora (Murcia) y falleció en Murcia el 27 de noviembre de 2025

Inició sus estudios en el seminario diocesano de Murcia y los amplió en la Pontificia Universidad Gregoriana (Teología Dogmática) y en la Pontificia Academia Alfonsiana (Teología Moral), leyendo su tesis doctoral en la Universidad de Navarra en 1975. Tras ejercer como sacerdote en las provincias de Murcia, Albacete y Valencia, fue profesor de Teología en la Facultad de San Vicente Ferrer, antes de prestar sus servicios en el Pontificio Consejo para las Familias entre 1985 y 2002. Ese año fue nombrado arzobispo de Burgos, cargo que ejerció hasta 2015

Monseñor Francisco Gil Hellín fue, durante más de tres lustros –entre 1985 y 2002– una de las cabezas pensantes de la pastoral familiar, uno de los pilares del pontificado de San Juan Pablo II, quién le nombró, primero, subsecretario y, a partir de 1996, secretario del Pontificio Consejo para las Familias. Así pues, Mons. Gil Hellín participó, en los años nucleares del pontificado del papa polaco, en el desarrollo de documentos magisteriales como la Exhortación Apostólica «Familiaris Consortio» y en la puesta en marcha de iniciativas hoy consolidadas como el Encuentro Mundial de las Familias.

Su labor fue reconocida por una consagración episcopal a manos de su superior directo, el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, presidente del Pontificio Consejo para las Familias, asistido por el cardenal Giovanni Battista Re -uno de los máximos cargos de la Curia romana en su condición de secretario para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado- y el español Agustín García-Gasco, entonces arzobispo de Valencia y al que Benedicto XVI elevaría, años más tarde, a la dignidad cardenalicia.

Mons. Gil Hellín volvió a España en 2002 al ser nombrado arzobispo de Burgos por San Juan Pablo II. En la urbe castellana dejó una huella duradera: ordenó 22 sacerdotes, abrió el Seminario Misionero «Redemptoris Mater» y reinstauró el diaconado permanente. Sin olvidar, claro está, su colaboración decisiva a la erección de «Iesu Communio», una de las iniciativas espirituales más fructíferas del catolicismo español contemporáneo, como Instituto religioso femenino de derecho pontificio.

Mons. Gil Hellín animó a las monjas encabezadas por sor Verónica Berzosa para que solicitase a la Santa Sede la unificación canónica de las dos comunidades, sintiéndose orgulloso el 4 de diciembre de 2010, día en que comunicó a las monjas de Lerma y de La Aguilera que Benedicto XVI daba su beneplácito a la propuesta del Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, el cardenal esloveno Franc Rodé.

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