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18 de abril de 2024

Perro come perroAntonio R. Naranjo

Por si fuera poco, Pedro, ahora «La niña de la curva»

A Sánchez quizá le gustaría pactar más con Casado, pero sus socios se lo han dejado claro: o pactas con el PP o contra España para ser presidente. O pactos de Estado o con el Diablo

Actualizada 01:26

Es posible que al leer estas líneas todo haya cambiado a peor, o se haya camuflado un rato, o se anuncie una solución que será el anticipo de un nuevo problema mayor. Todo es posible en el Gobierno de España, una tropa desnortada que haría del ejército de Pancho Villa un ejemplo de organización.
Podemos ha movilizado a su secretaria general, conocida por «La niña de la curva» en ambientes radiofónicos, para advertirle de que toca verse en la segunda de las «Mesas de diálogo» que Sánchez aceptó para llegar a la presidencia: una con los independentistas, y otra más con los populistas caribeños.
Y no descartaría servidor una tercera si existiera el partido de los serial killers y el socialdemócrata escandinavo necesitara sus votos para investirse a cambio de abolir la prisión permanente revisable.
Ya encontraría argumentario la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, para convertir la alianza con los psicópatas en un encomiable esfuerzo por la paz: quienes pactan con Otegi, indultan a Junqueras o aplauden a El Rastas están preparados para decir que Antonio Anglés, Ígor el Ruso y el Cuco están mejor en las instituciones que matando.
Y no faltarán periodistas que sostengan la bonhomía de la nueva epopeya sanchista y el derecho a redención de cualquier mala hierba si medra en su idílico jardín progresista.
El caso es que Ione Belarra, que ha trabajado en su vida lo mismo que el peluquero de Kojak en la suya y tiene los mismos años cotizados en la empresa privada que Belén Esteban trienios en la RAE; se ha indignado muy fuerte por la resistencia de Nadia Calviño a aplicar la reforma de la reforma laboral de Podemos.
Consistente, como todo el mundo intuye, en llamar chorizos a los empresarios y aplicar la máxima marxista de que los medios de producción han de ser proletariezados para llegar a la ruina de distinta manera.
Ahora la provocan con los impuestos, aplicando el quinto mayor esfuerzo fiscal del mundo con la mitad de la renta de Alemania. Pero en la cabeza de Farala Díaz, vicepresidenta segunda de España y agregada cultural de Corea del Norte; hay que lograrlo en nombre de Marx, de Stalin o de cualquiera de esos héroes suyos que encajan tan bien en la pregunta de José Sazatornil en una de sus memorables películas: «¿Usted es comunista porque es tonto o es tonto por ser comunista?».
Pero no hay que engañarse: la reforma laboral es una excusa para recordarle a Sánchez que no se pueden firmar, a la vez, Pactos de Estado y con el Diablo. O con el PP o contra España. Pero las dos cosas no, Pedrito.
Se lo dicen a diario Otegi, Belarra o Junqueras; y aunque a Sánchez probablemente le gustaría repetir más a menudo la velada con Casado, sabe quiénes le esperan en casa, con qué intenciones y a cambio de qué. Cuando has elegido ser presidente a cualquier precio, el precio siempre acaba siendo insoportable. 
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