Se pelea el PP y pierde España
Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso han puesto mucho interés en que el PSOE siga gobernando. Entiendo el enfado y la decepción de tantas y tantas personas
Era un secreto a voces en Madrid, todos sabíamos que las disputas entre Casado y Ayuso tenían en los últimos tiempos el telón de fondo de un contrato en el que el hermano de la presidenta madrileña podría tener alguna presuntamente cierta relevancia. Y no trato de utilizar eufemismo alguno. Sabíamos que se amenazaban de manera velada y que un bando y otro no han sido inocentes en toda esta crisis. El infantilismo político de los protagonistas los ha llevado a una falta de patriotismo. Por eso sus votantes y otros muchos españoles están muy enfadados con todos ellos. Han demostrado que su visión es egocéntrica y anteponen sus intereses personales al bien común. Porque la verdadera víctima de esta crisis es España. Lo es porque Sánchez lleva perdiendo elección tras elección como consecuencia de que los ciudadanos le están diciendo que no les gustan ni sus alianzas ni sus políticas. Pero con el PP en estas condiciones no hay alternativa posible a este Gobierno. Dejan a una parte de la población huérfana políticamente. No van a querer seguirlos ni votarlos. Un alto porcentaje considerable de ciudadanos se ven desde ayer sin representación política. Y créanme, lo importante es España. Por eso esta guerra de egos ha concluido en un suicidio. Sánchez se frota las manos, comprobando aquel viejo aserto de Plutarco de que «nunca descarte que los enemigos siempre pueden hacer algo por ti». Ayer Casado y Ayuso han puesto mucho interés en que el PSOE siga gobernando. Entiendo el enfado y la decepción de tantas y tantas personas.
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