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28 de marzo de 2024

Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Señora Olona, no enrede

Nadie se acordaba ya de Macarena, ni tampoco va aportar nada a la política española apareciendo ahora con un partido propio

Actualizada 10:21

Los periodistas con unas décadas de trabajo a cuestas hemos visto muchas veces esta situación: llega a la redacción un insigne filósofo de moda, o un político de alto vuelo europeo, o un literato en boga, y charlando un poco no cesa de echarse flores a sí mismo, o a sí misma. La consecuencia es que cuando el personaje sale por la puerta, lo que deja detrás es un coro de risitas a costa de su ego despendolado.
Sucumbir a los efectos narcóticos de la vanidad es una de las maneras más rápidas de convertirse en alguien ridículo. Todos corremos ese riesgo, porque la propensión a la soberbia forma parte de la falible condición humana. Resulta fácil que nos creamos más de lo que somos, por eso no hay nada que perfume mejor a las personas que el agua de lavanda de la humildad.
Es de temer que Macarena Olona Choclán, alicantina de 44 años, es una víctima de lo que acabamos de describir. Hace un año se plantó y anunció que dejaba Vox y la política. Sorprendentemente, el mundo ha seguido girando. En su día, Olona resultó una competente diputada. Se desempeñó con agallas en el Congreso e hizo gala de su excelente base jurídica, que ayudó a Vox a conseguir algunos éxitos notables en los tribunales. Pero seamos francos, esto va muy rápido, las novedades se agolpan vertiginosamente y nadie se acordaba ya de ella… excepto ella misma.
Olona empezó a perder la brújula con su errática campaña electoral en Andalucía. Allí cifró tan alto sus expectativas que su resultado fue interpretado como un fracaso, a pesar de que había logrado subir dos escaños. Acto seguido dio una espantada nunca bien explicada, inició una psicodélica romería de autobombo por el Camino de Santiago y acabó poniendo verdes a sus excompañeros del partido verde –valga la redundancia–, con unas declaraciones de nuevo vidriosas y vertidas sin aportar prueba alguna.
Ahora anuncia que quiere presentarse a las generales con un nuevo partido que ha llamado Caminando Juntos. El logo son dos zapatos de tacón, uno rojo y otro azul, y el lema: «Caminando con el pie izquierdo y con el derecho». ¿Quién paga este invento? ¿Qué pretende? ¿Qué políticas concretas propone? ¿De qué va todo este rollo? No lo sabemos. Por lo visto lo explicará en breve en una entrevista de presentación con uno de los más destacados hooligans del Orfeón Progresista, Xabier Fortes.
Macarena Olona en principio se presentará en diez provincias y todo indica que no va a rascar pelota. Pero si diese la sorpresa y lo hiciese, lo único que lograría es poner una chinita en el camino de la derecha y colaborar así con Sánchez. ¿Tanto show para acabar de marca blanca del sanchismo? ¿Es ese el plan?
En resumen: señora Olona, deje de enredar. Intente tomar el aire, despejarse un poco y disfrutar de una vida feliz y una buena carrera profesional, que se la merece. ¿La política? Fue bonito mientras duró.
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