Así manosea el PSOE el resultado electoral
La presión sobre el Rey demuestra que Sánchez es consciente de la debilidad de su posición, porque ni los suyos se tragan con facilidad lo de la supuesta victoria electoral de la mayoría social y progresista
Si lo que está haciendo el PSOE con el resultado electoral lo hiciera algún Trump, los líderes de opinión de la izquierda ya estarían llamando a una movilización internacional para salvar nuestra democracia. Pero como lo hace la izquierda, o se callan o, más bien, contribuyen a la tergiversación. Con las tres mentiras que difunden sin pudor Pedro Sánchez y sus ministros, comenzando por la negación de la victoria electoral del PP y la pretensión de que han ganado las elecciones.
A esta negación de la victoria del PP lo llamarían en cualquier otro sitio rechazo del resultado democrático de las elecciones. Y está pasando, con esa auto atribución de la «mayoría social» por parte del PSOE. Ahora resulta que ya no vale la mayoría electoral, columna fundamental de la decisión democrática en unas elecciones, sino lo que el PSOE llama la mayoría social. ¿Y en qué consiste? En sumar lo que a uno le venga bien o le dé la gana. ¿Qué pierde usted las elecciones? Pues suma a los partidos que le parezca y se atribuye la victoria electoral, que ya no se basa en sumar más votos, sino en reivindicar caprichosamente supuestas voluntades ciudadanas. Lo que tiene un tufo de inquietante populismo antidemocrático.
La segunda mentira viene de lejos, pero es impresionante lo que va degenerando con el tiempo, sin que los líderes periodísticos e intelectuales de la izquierda se inmuten. Es lo de llamar «bloque progresista» a la suma de socialistas, comunistas y todos los nacionalistas más ultras, desde Otegi a Puigdemont. Porque Sánchez no solo se atribuye la victoria de la mayoría social, sino también de lo que llama bloque progresista. Hace ya trece años que en mi libro Desmontando el progresismo analicé las incompatibilidades con el progreso de algunas ideas de la izquierda. Pero las contradicciones no paran de crecer, ahora con esa pretensión de que Bildu, ERC y Junts representan el progreso para España. A los socialistas, el comunismo de Yolanda Díaz les parece progreso, con lo que tampoco es extravagante que vean progreso en el separatismo xenófobo e iliberal de los separatistas. Ahora, el bloque progresista incorpora con todos los honores al progresista Otegi, al progresista Puigdemont y al progresista Junqueras. Y a todos ellos se les pega el pobre PNV, tan acomplejado que no sabe qué hacer para disimular que es católico y de derechas.
Tras ir contando que en realidad has ganado las elecciones y que sumas bloque progresista con Otegi, Junqueras y Puigdemont, lo de manipular el artículo 99 de la Constitución y presionar al Rey para que proponga a Sánchez candidato a la presidencia es peccata minuta. Y ahí tenemos al periódico sanchista de la mañana sugiriendo al Rey que proponga al ganador de la mayoría social y líder del bloque progresista como candidato a la investidura. Y así el Rey reconoce que en realidad ganó Sánchez junto a Otegi, Junqueras y Puigdemont, y el manoseo del resultado electoral es completo.
Pero la presión sobre el Rey demuestra que Sánchez es consciente de la debilidad de su posición, porque ni los suyos se tragan con facilidad lo de la supuesta victoria electoral de la mayoría social y progresista. De ahí la importancia de que Feijóo se presente a la investidura, aunque la pierda, para proclamar la verdad del resultado electoral y de los pactos con los que se dispone Sánchez a mantenerse en el poder.
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