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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Cómo despachar a Sánchez en 2 minutos

Feijóo lo tendría fácil: «Usted preside un Gobierno en descomposición, así que no hay nada de que hablar con usted más allá de que convoque elecciones ya»

Actualizada 12:59

La gran ronda de Sánchez para debatir el aumento del gasto en defensa es un paripé. Una pantomima para no hablar, por ejemplo, de la alegre destrucción de guasaps y del cambio de móvil de la que era jefa de gabinete de Óscar López en Moncloa, a su vez asesor supremo de Sánchez. En los días de la guerra sucia contra Ayuso, se dio la curiosa casualidad de que a la fontanera monclovita Pilar Sánchez Acera le entró el mismo frenesí borrador que a García Ortiz, el filtrador enmascarado. Si las multinacionales estadounidenses facilitasen el contenido de esos guasap, que obran en su poder, se conocería la identidad del dedo supremo que ordenó la operación de guerra sucia. En ese caso, muy probablemente Begoña y el que se casó con ella tendrían que cambiar de domicilio y volver al piso de Pozuelo.

La ronda sobre defensa es un teatrillo, porque Sánchez intentará operar de espaldas al Parlamento con una política de hechos consumados. Lo es porque ha excluido de la ronda a la tercera fuerza, Vox, que cuenta con tres millones de votos, mientras despacha encantando hasta con el partido de ETA. Y lo es porque carece de una mayoría parlamentaria que sustente la exigencia europea de aumentar el gasto militar, toda vez que sus aliados de la «coalición progresista» –léase comunistas, separatistas y post etarras– son alérgicos a todo lo que les suene a reforzar a las Fuerzas Armadas opresoras de sus micro «naciones».

Si la ronda de conversaciones es un globo de gas, ¿qué debería hacer Feijóo en su entrevista con Sánchez? Pues actuar por elevación: poner encima de la mesa sus evidentes debilidades y demandar elecciones generales ya con un gesto que no puedan soslayar las televisiones del régimen.

Para despachar a Sánchez, a Feijóo le bastaría con soltarle algo así en dos minutos:

Mire, presidente, usted dirige un Gobierno débil, en franca descomposición, incapaz de aprobar unos presupuestos y desacreditado por los escándalos. En estas condiciones, no está capacitado para atender nuestros compromisos internacionales en defensa. Nosotros apoyamos aumentar el gasto en defensa, pero no con usted en la presidencia, porque no ofrece garantías de nada y supone un peligro para España. La salida es obvia: convoque elecciones ya, como indican las reglas del juego de las democracias ante un caso como el suyo, tal y como acabamos de ver en Portugal. Y dicho esto, Feijóo se levanta y da la reunión por concluida, pues entiende que de Sánchez ya solo cabe esperar que convoque elecciones, nada más.

Si hiciese algo así y acto seguido lo expusiese en una rueda de prensa, reforzaría enormemente su cartel en el flanco diestro de votantes (el que tiene más descuidado). Por el contrario, si cae en la trampa de los paños calientes con Sánchez y en un cierto pasteleo en nombre del topicazo del «sentido de Estado», se estará pegando un tiro en el pie electoral. No hay nada de que hablar con un mandatario que según el propio PP es un autócrata que está comprometiendo la democracia y la unidad de España.

Repetimos, a fuer de ser pesados: con Sánchez, ni a tomar una Mirinda. Elecciones ya. Atrévase a testar en las urnas si existe o no la «mayoría progresista» de la que cacarea.

(PD: ¿Y qué pasó celebrada la reunión? Pues que Feijóo dice que sale como entró porque Sánchez no le ofreció «ni información ni garantía alguna». ¿Y cuál es su conclusión ante esta situación? Pues que el PP, por “sentido de Estado», estará abierto al diálogo sobre la necesidad de reforzar la defensa si el Gobierno se muestra «serio y limpio», lo cual hablando de Sánchez es como pretender que los cerdos vuelen. En fin… con este nivel de presión habemus Pedro hasta 2030, o más).

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