La diputada de ERC despatarrada
Pilar Vallugera es de esa gente que ha hecho carrera y fortuna odiando al país que le paga. Cobra casi 80.000 euros, pero dice que no encuentra piso
Se acerca el verano, en Madrid ya hemos superado ampliamente los 30 grados, así que es cuestión de días que renazcan dos debates. El primero es sobre llevar o no corbata en el Congreso de los Diputados. El segundo es sobre la intensidad del aire acondicionado, que provoca agrias peleas entre compañeros de trabajo y piso, que se dividen entre los que quieren vivir bien (sin poner a prueba su sistema inmune) y los que dejan la casa o la oficina como el pasillo de los yogures del Mercadona.
En lo que llegan esas dos conversaciones, especialmente la del uso de la corbata, tenemos que hablar de Pilar Vallugera, la diputada de ERC a la que han fotografiado despatarrada en su escaño del Congreso, poniendo uno de los pies en alto allí donde se espera que uno tome apuntes.
La imagen ha trascendido el mismo día en que han grabado a un diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid liándose un cigarro en mitad del Pleno, lo que nos carga de razones a los que pensamos que el nivel general ha menguado muchísimo. Se empieza poniendo los pies en alto y se termina pidiendo a Ábalos el catálogo de Jessicas para el finde.
Pilar Vallugera es de esas diputadas que ha hecho carrera y cierta fortuna odiando al país que le paga, uno de los negocios más rentables desde 1978. Esta diputada de ERC, que dice trabajar para la independencia de su país, acumula un rosario de grandes éxitos en la Cámara Baja. El último fue el pasado mes de abril, cuando protagonizó una enganchada con Cristóbal Montero después de que este le llamara «señora». Ella se ofendió —por el tono, dijo— y alegó que «o señoría o diputada, pero no me llame señora». Los mismos que se ofenden con un apelativo de lo más común son los que luego ponen los pies encima de la mesa.
Pero quizá su intervención más delirante llegó en la primavera de 2023, cuando aseguró desde la tribuna ser «de esa clase social que no encuentra piso». Hombre, teniendo en cuenta que cobra cerca de 80.000 euros al año. Teniendo en cuenta que está casada en régimen de separación de bienes. Y teniendo en cuenta que en su declaración de rentas figura una vivienda a pachas en Barcelona y dos hipotecas a medio pagar... Pues no sé. O se organiza muy mal Vallugera o nos toma el pelo a todos los que no cobramos 4.000 euros al mes (es decir, la mayoría de la gente).
Con ese dominio de las matemáticas, lo raro no es que ponga los pies en alto. Lo raro es que, además, no se corte las uñas.