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HorizonteRamón Pérez-Maura

¿Qué le pasa al PP?

En el PSOE, cuando los tribunales empapelan a uno de los suyos, te dicen que es culpa de una justicia manipulada. Eso que se inventó Garzón del 'lawfare' para su amiga Kirchner. Tiene que llegar la UCO con pruebas abrumadoras para que comprendan que se les han caído todos los palos del sombrajo. Unos linces.

Act. 18 jul. 2025 - 07:51

Confieso que en la última semana o poco más he visto al Partido Popular y a su presidente Alberto Núñez Feijóo tomar una ofensiva que creo que era imprescindible. Como bien ha dicho Cayetana Álvarez de Toledo, decir la verdad no es renunciar a la moderación. Para ser moderado, ¿hay que mentir? ¿Hay que ocultar la verdad, aunque no se mienta? Hablar por fin de los prostíbulos de Sabiniano Gómez, ¿qué radicalidad implica? Los hombres y mujeres que allí se prostituían ¿no deben ser defendidos?

Como he mencionado en algún artículo, pasé la mayor parte de la semana pasada en Washington. Asistí a una conferencia con personalidades relevantes de una treintena de países de cuyas ponencias no está permitido hablar públicamente. Políticos, diplomáticos, hombres de negocios y veteranos de los servicios de Inteligencia. Un centenar de asistentes en total. Muchos, por la naturaleza de la conferencia, me preguntaron, en términos muy críticos por la incapacidad de Sánchez para cumplir con su compromiso en el gasto de defensa. ¿Qué consecuencias tendría eso para él en España, inquirían?

Yo les expliqué que eso ya había quedado atrás y que en España el asunto predominante era el que al fin hubiese llegado a las Cortes el que él se hubiese beneficiado de dos viviendas pagadas por su suegro cuyos ingresos provenían de negocios de prostitución, tanto masculina como femenina. Al primero que se lo comenté en respuesta a su pregunta me miró con los ojos fuera de las órbitas. Él se lo dijo a terceros y hasta una decena vinieron detrás a preguntarme si era verdad. No daban crédito. Todos me decían lo mismo. «En mi país, Sánchez ya estaría en su casa». La literalidad de la frase, entre uno y otro apenas variaba.

Reflexionaba sobre ello y pensaba que la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. Pero al mismo tiempo, creía que ante los medios de comunicación de medio mundo era mucho más creíble una denuncia hecha por Núñez Feijóo que por Santiago Abascal. Y siento el cabreo que muchos de los lectores de El Debate se llevarán por decir una obviedad. Por eso tiene tanto impacto lo que ocurrió en el Congreso de los Diputados hace unos días. Y entonces me llegó un vídeo sobre la marginación de Paco Camps en su partido. Un vídeo que ha subido a las redes Albert Boadella.

Supongo que Boadella ha denunciado la increíble situación que vive Camps, no sé si por amistad, pero seguro que por sentido común. Saludé por primera vez en mi vida a Paco Camps cuatro días después de ver el vídeo. Por lo que creo que hablo con una mínima objetividad. Él ha sufrido una invectiva del PSOE y de todo el Equipo Nacional de Opinión Sincronizada que no tiene parangón en la historia de la democracia española. Un centenar de apariciones en la portada de El País. Puedo conceder que el Partido Popular le forzara a abandonar la Presidencia de la Generalidad valenciana por prudencia política. No demuestra mucha fe en los suyos, pero no digo que fuese imprudente. Camps fue ganando los casos uno a uno. Hasta diez, que se dice pronto. Lo nunca visto. Y, después de todo eso, su partido le ha hecho el vacío. Camps pide ser readmitido. Que le den la posibilidad de volver a ser candidato a un cargo relevante en la Comunidad Valenciana. ¿Respuesta? Mirar para otro lado.

En el PSOE, cuando los tribunales empapelan a uno de los suyos, te dicen que es culpa de una justicia manipulada. Eso que se inventó Garzón del lawfare para su amiga Cristina Fernández de Kirchner. Tiene que llegar la UCO con pruebas abrumadoras como las de Cerdán o Ábalos para que comprendan que se les han caído todos los palos del sombrajo. Unos linces.

La única conclusión posible para mí de este caso Camps, es que se está justificando que a la política se dediquen sólo los muertos de hambre. Si te puedes ganar la vida de otra manera, ingresando más ¿a qué te vas a dedicar a un servicio público mal pagado en el que los tuyos no te van a rescatar cuando los rivales te tiren a los pies de los caballos? ¿Para qué vale que los tribunales te den la razón hasta diez veces? Para casi nada.

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