Fundado en 1910
Vidas ejemplaresLuis Ventoso

En Ryanair no son socialistas (y así les va)

El Gobierno, radical e intervencionista, todavía no entiende que las empresas operan buscando el beneficio, norma básica de la economía de mercado

En mi infancia los viajes habituales en avión estaban todavía reservados a los más pudientes y poseer un vaquero Levi’s etiqueta roja constituía un raro privilegio. Después el mundo cambió, para bien. Los vuelos, la moda y los muebles se democratizaron con una oferta más amplia y más asequible para todos.

Por supuesto ese avance no se debió a ningún intervencionismo estatalista, sino a la tan denostada sociedad de consumo. Fue el logro de empresarios pioneros operando en el mercado capitalista abierto. Gente despierta y con visión, como Amancio Ortega, o como los irlandeses que en 1984 crearon una pequeña línea, Ryanair, que conectaba la pequeña ciudad de Waterford con el aeropuerto londinense de Gatwick. Esa compañía acabaría convirtiéndose en la inventora a gran escala de los vuelos de bajo coste. Hoy cuenta con 19.000 empleados y es la mayor operadora de Europa en pasajeros y rutas.

No tengo el menor vínculo con Ryanair. Solo he volado una vez con ellos, hace bastantes años, y no guardo un recuerdo especialmente grato. Acostumbrado a los veteranazos con que contaba entonces Iberia, me sorprendió –e intimidó un poco– ver que el comandante era un chavalillo, hasta con su acné y su aparato ortodóncico puestos. La cola para entrar en el avión fue bastante infumable y el personal te trataba más mal que bien. Las plazas resultaban súper escuetas, incluso para los canijos como yo. De propina, compré dos billetes de lotería rasca-rasca para entretener el vuelo… y por supuesto no me tocó nada. Además, me carga la técnica payasesca que emplea su inteligente consejero delegado, Michael O’Leary, para publicitarse.

Pero hay que ser muy obtuso para no reconocer que Ryanair ha dado una posibilidad de viajar por toda Europa a personas que de otro modo no podrían hacerlo. Ha abierto a los chavales las puertas del aire. ¿Y qué tal les va con su modelo? Pues parece que no muy mal. En el primer trimestre fiscal de este año han logrado un beneficio neto de 820 millones de euros, que representa una subida del 128% sobre el del año pasado.

Ahora la compañía irlandesa anuncia un drástico recorte de vuelos en varios aeropuertos españoles, lo que supondrá un millón de pasajeros menos respecto a los 32,6 millones que mueve en España actualmente. La razón que aducen es la subida de las tasas aeroportuarias de AENA, una compañía estatal que cotiza en Bolsa, que aumentarán un 6,6% el año próximo. Ryanair explica que se marcha con los aviones que retira de España a plazas más competitivas, entre las que cita a Italia, Marruecos, Croacia, Suecia y Hungría.

El Gobierno socialista e intervencionista ha respondido con duras palabras a la decisión de la empresa. El siempre moderado Óscar Puente les ha llamado «chantajistas» y señala que una subida de 68 céntimos por pasajero no es nada para Ryanair (se nota que es de letras, porque son 25 millones más al año de gastos). Bustinduy, el ministro que no conoce nadie, el de la cuota comunista que okupa la cartera de Consumo, habla de «extorsión».

Uno de cada tres turistas que llegan a España lo hacen con Ryanair. Así que su recorte de vuelos supone una pésima noticia para nuestro país y para las localidades afectadas, cuyos aeropuertos en algunos casos se quedarán sin pulso alguno. Pero el Gobierno socialista está tan acostumbrado al intervencionismo, a meter la cuchara en el mundo privado, a apretar a las empresas con su rapacidad fiscal… que no entiende lo más básico: Ryanair es una compañía privada que busca su beneficio y el de sus accionistas. No es un chiringuito gubernamental, ni una empresa intervenida por Sánchez. Se mueven al dictado del mercado y si se van es porque tienen opciones más rentables para su negocio. Por mucho que nos duela.

La solución no está en que los ministros salgan a ponerlos a parir. La salida es crear un entorno económico atractivo para la inversión y un clima que fomente en España la ilusión por ser empresario. Pero eso es antitético con el modelo socialista de un Gobierno que de entrada cree que el intervencionismo es bueno y los empresarios, un hatajo de sospechosos. O que considera el sumun del progresismo-eco-feminista el hecho de que Sánchez asalte compañías privadas sirviéndose del dinero público, como hizo en su día Hugo Chávez.

Los de Ryanair resulta que no son socialistas. Y así les va.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas