Divertidísimo
Para el pijerío secular, nada más divertido que un funeral o una misa de aniversario en San Fermín de los Navarros. Abarrotado el templo antes de iniciarse el rito, la gente se amontona y estruja a los deudos, para posteriormente cruzar la calle y plantarse en «Richelieu»
En las clases pijas, a una de las cuales me honro pertenecer –Pablo Iglesias nos fastidió cuando embarró el pijerío en una burda ordinariez, violentando siglos de buenas maneras– se ha puesto de moda calificar cualquier cosa, moviente, semoviente o fija, de «divertida».
En uno de sus constantes encuentros con el infumable y predelincuente fiscal general de los que celebran en la Moncloa los Sánchez Saunes, Rizos Bolaños y el imputado general del Estado, éste último quedó prendado de un macizo de alegrías de Guinea. «Qué flores tan divertidas has plantado este año» dice y repite el pájaro en libertad. «A mí me siguen pareciendo más divertidas las begonias», comenta Bolaños mientras el hermano de Ennio Morricone le atraviesa la nuca con la mirada.
Nota intermedia. Don Francisco Silvela, el gran político de la Restauración, aborrecía a los hombres que se prendaban de las mujeres.
«El hombre que queda prendado de una mujer es más tonto que un murciélago. Y más cursi que un cisne con alas de nácar». No existía todavía la Sociedad de Amigos del Murciélago español, que habría presionado para que Silvela abandonara el Congreso.
Los Sánchez Saunez han gastado mucho dinero en mejorar el aspecto de La Mareta. El dinero no es suyo, pero eso da igual. Sobre todo el tejado, ahora es divertidísimo. No hay que escandalizarse con el dinero. El Rey regaló La Mareta a todos los españoles y nos sentimos felices al verlo más divertido que nunca.
Para el pijerío secular, nada más divertido que un funeral o una misa de aniversario en San Fermín de los Navarros. Abarrotado el templo antes de iniciarse el rito, la gente se amontona y estruja a los deudos, para posteriormente cruzar la calle y plantarse en «Richelieu». Y los comentarios. «Pues he dudado en quedarme porque estaba divertidísimo. Llevo años sin reírme tanto. Y lo que ha dicho el sacerdote, precioso. Todo mentira, porque era muy mala persona, pero precioso. Lo malo es que tenía reservada la mesa a las ocho de la tarde, y el bar estaba que no cabía un alfiler. He visto a Jimmy Cascajales. Es el próximo. Tenía la cara amarilla y no podía hablar. Su funeral va a ser la bomba. Espero que no coincida con El Rastrillo», y se comentaba mucho. Chuchi Valdepiedra ha estado tronchante: «Los próximos funerales, los de Jimmy Cascajares». Un día para no olvidar.
Y Juanjo con su brigada magnífica escalera arriba, escalera abajo, siempre sonriente. Y hay un cliente que se parece físicamente a Franco, que lleva unos trajes muy divertidos. ¡Cómo lo hemos pasado! ¡Divertidísimo!