Emocionante escena
Sánchez le iba a responder, cuando Trump le dio un golpecito, un suave empujón en la espalda, como diciéndole: 'Se ha terminado tu tiempo, galgo de Paiporta, tengo que recibir a gente seria'
Esa serenidad, ese abrazo, ese nivel de aguantar la risa floja, que mostró Trump junto al guardián de nuestras ruinas, me llevó volando a la sensiblería, y recordé con benevolencia todas las estupideces que se han escrito de Trump en los últimos meses. El gran matón derechista ha resultado ser el artífice de una paz dificilísima, que en los próximos meses se irá recomponiendo cuando los diferentes grupos de Hamás se empiecen a matar entre ellos. No estaba la cosa para cambiar de tercio, pero a Trump quizá se le olvidó preguntar a Sánchez el motivo de su pérdida del teléfono de Corina Machado, llamada estrictamente prohibida por Zapatero, que en estas cuestiones manda mucho. Solo se sabe que, durante el apretón falso de manos, Trump solicitó un cambio de los pantalones porque mientras miraba al horterón con ese gesto de hombre importante que saca en algunas ocasiones, mojó sus pantalones del esfuerzo que hizo para proceder a una invencible micción. Sánchez le iba a responder, cuando Trump le dio un golpecito, un suave empujón en la espalda, como diciéndole: 'Se ha terminado tu tiempo, galgo de Paiporta, tengo que recibir a gente seria'
Consecuencia del mal rato que pasó entre la multitud de invitados a la recepción real, buscando por todos los salones de Palacio guardando canapés en los bolsillos y buscando a su esposa Begoña, búsqueda equivocada porque no fue. Pero le encargó que le llevara a la Moncloa croquetas y canapés de salmón ahumado para compararlos con los que ella ofrece en el palacio en el que don Francisco de Goya se zumbaba entre sesión y sesión, a quien fue reconocida como la española más atractiva de su tiempo. Asustado por no encontrar a la cajera del puterío, su gabinete le comunicó que la catedrática no le había acompañado por cosas menores, y llegó, claro está, a la Moncloa de muy mal humor. Entre el cachondeo de Trump, el olvido de felicitar a Corina Machado por la obtención del Nobel de la Paz, y el susto que pasó buscando a su mujer que no estaba para recepciones, ha envejecido, y de acuerdo a una confidencia, a cuyo autor no puedo desenmascarar, el embajador de España en Moscú ha propuesto alquilar cuatro veces al año al equipo de mantenimiento de la momia de Lenin, que luce y reluce como la Gran Vía cuando nos visitan los andaluces.
No obstante, el momento cumbre de su semana de fracasos fue el pitorreo de Trump, permitiendo que el hermano del maestro Azagra le robara unos segundos de su vida.
–Querido Trump, me gustaría…
–A mí me gustaría que te fueras ya y no me hagas perder el tiempo. ¡Hala!
Versión de Albares: Los presidentes Trump y Sánchez, han mantenido una profunda conversación que nos coloca de nuevo en lo más alto de la influencia internacional.
Escribo mientras me seco las lágrimas de la emoción.