Reales vacunas
Las dos hijas del Rey Juan Carlos I fueron a visitar a su padre a Abu Dabi. Y allí les ofrecieron vacunarse. Ofrecimiento y obligación como a todos los turistas. Y se vacunaron. De habérmelo ofrecido a mí lo habría aceptado, porque vacunarse en Abu Dabi no perjudica a ningún español
La explosión de la memez, la manipulación y la demagogia de nuestro periodismo ha alcanzado su máxima cota.
En una clase de latín, nuestro profesor, Don Santiago Amón, nos explicaba que, en efecto, las creaciones divinas, las maravillas de la naturaleza, no podían superarse.
–«Pero siempre hay excepciones. Por ejemplo, el mono aullador del Amazonas, que es creación de Dios, no puede compararse a un Rolls-Royce, que es creación del hombre».
Todos sus alumnos estábamos de acuerdo, excepto uno de ellos, que protestó con acritud:
–«Eso es blasfemia. Ninguna obra del hombre puede superar a las de Dios».
Omito la identidad de mi compañero de clase porque ya ha fallecido. Llamémosle Sánchez.
Amón, enérgico, le señaló la puerta.
–«Señor Sánchez. Abandone inmediatamente el aula. Defender que el mono aullador del Amazonas es obra más perfecta que un Rolls-Royce, equivale a reconocer que ha superado usted el más alto nivel de estulticia».
Y Sánchez abandonó la clase. Posteriormente, se retractó y se le permitió seguir recibiendo clases de Latín.
Pero los medios de comunicación, al servicio del Sistema, no se retractan. Ahora coinciden en resaltar, como la noticia más grave que se ha producido en España, que las Infantas Elena y Cristina se han vacunado del Covid-19 en Abu Dabi. Es decir, que lo más grave que ha sucedido en España, ha tenido lugar en un emirato árabe.
Y dale con la desinformación y la intención perversa. «Dos miembros de la Familia Real se saltan el turno de vacunación».
¿Se han saltado el turno de vacunación de Abu Dabi? Sus vacunas no han privado a ningún español de ser vacunado, porque en Abu Dabi, al contrario que en España, la vacunación es libre, y sobran las vacunas y las jeringuillas.
La manipulación y la ignorancia han superado, como mi difunto compañero Sánchez, los más altos niveles de la estulticia, la maldad y la majadería. En TVE, mientras informaban a los pocos que siguen sus «telediarios» de la gravísima acción de las hermanas del Rey, ilustraban las chorradas del presentador con las imágenes de la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía. En las Noticias de Antena 3, se ofreció la noticia como la principal del día, y la adornaron con opiniones de políticos adversos a la Corona, empezando por el Moños, que nos volvió a recordar que la República, después de tan grave acción, estaba más cerca.
–«La Sociedad española no acepta que miembros de la Familia Real se vacunen en Abu Dabi», afirmaba rotundo y solemne el transportador de piojos. Fuera de ello, todos insistían en la Familia Real, cuando las Infantas Elena y Cristina, hace siete años, que no pertenecen a la Familia Real, lo cual es contradictorio, porque las Infantas de España, por derecho propio, forman parte de ella.
Las dos hijas del Rey Juan Carlos I fueron a visitar a su padre a Abu Dabi. Y allí les ofrecieron vacunarse. Ofrecimiento y obligación como a todos los turistas. Y se vacunaron. De habérmelo ofrecido a mí lo habría aceptado, porque vacunarse en Abu Dabi no perjudica a ningún español.
Al español le perjudica tener un gobierno de inútiles que además de ocultar 30.000 vacunas, no ha sabido, con la colaboración de Europa, nutrir a España de las vacunas y jeringuillas necesarias. Vamos a la cola de la vacunación en nuestro viejo y emputecido continente. Es más; si las Infantas se han vacunado en Abu Dabi, han permitido que dos españoles adelanten dos puestos en el turno. Hasta Alsina se ha sentido escandalizado, y sorprendentemente ABC, que arrea un mandoble a las Infantas como si se tratara de Público.
Las Infantas no tenían que haberse justificado. No han perjudicado a ningún español vacunándose en Abu Dabi. Han hecho uso de un ofrecimiento en un país al que le sobran las vacunas que el inepto Gobierno de España no ha sabido comprar. En Abu Dabi, todos sus habitantes, residentes y visitantes están vacunados. Y ofrecen a los que llegan la posibilidad de hacerlo. Me habría sentido herido como español si las Infantas no hubieran aceptado la oferta. Del mismo modo que me quedé confuso y alarmado cuando, influido por no se sabe quién, el Rey se disculpó ante los españoles por cazar un elefante en Botswana. La única disculpa lógica habría sido de haberse dirigido a la elefanta viuda, siempre de acuerdo a mi modesto parecer.
Lo que va detrás es la mala intención, la manipulación informativa, la estupidez general y el sometimiento de los medios de información al poder establecido.
Las Infantas se han vacunado en Abu Dabi. De acuerdo. ¿Y qué? ¿Pasa algo?
- Publicado en la web de Alfonso Ussía el 5 de marzo de 2021