Cartas al director
Cumples 65 y te caduca el derecho a la salud
No hay eufemismos que maquillen lo obvio: en España, tener más de 65 años te convierte en un problema para las aseguradoras. La salud privada presume de tecnología puntera y trato exquisito, pero si tu fecha de nacimiento tiene más de seis décadas, se esfuma la bienvenida. Y empieza la exclusión.
Las primas médicas se disparan hasta un 40 % solo por cumplir años. Las compañías rechazan solicitudes, imponen copagos abusivos, excluyen enfermedades comunes y limitan hospitalización. ¿La razón? Ser mayor es considerado un «riesgo», como si el envejecimiento fuese una anomalía. ¿Te duele la espalda desde 2003? Mala suerte: ya no entras.
El caso de Carlos San Juan lo dice todo: ni con su historial médico controlado logró que alguna aseguradora lo aceptara. «Soy mayor, no idiota», denunció. Y tenía razón: el sistema sanitario privado es edadista, lucrativo y despiadado.
¿Dónde están los derechos? ¿Dónde está el envejecimiento digno? Lo que debería ser un trámite accesible se convierte en castigo.
Porque la edad no caduca los derechos. Porque un corazón que ha latido más, merece cuidados, no obstáculos. Porque vivir más no puede ser sinónimo de pagar más, sufrir más, esperar más.
Es hora de cambiar, de exigir políticas que protejan a los mayores. De pedir transparencia, humanidad y compromiso a las aseguradoras. Y, sobre todo, de recordar que una sociedad justa se mide no por cómo trata a los más jóvenes, sino por cómo cuida a sus mayores.