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TribunaFernando Ramos

¿Estaría Illa dispuesto a incorporar aspectos de la 'sharía' en Cataluña?

Un reciente informe publicado por el diario 'The Times' reveló la existencia de 85 tribunales de la 'sharía' en el Reino Unido, que operan como instituciones informales aplicando leyes islámicas en asuntos familiares

Actualizada 01:30

En un debate en el Parlament, el president de la Generalitat, Illa, vino a afirmar de modo genérico, pero fácilmente deducible de su sentido, que el ordenamiento constitucional y especifico de esta comunidad está perfectamente configurado para armonizar y acoger las particularidades culturales y «jurídicas» de otros colectivos característicos. Y la lógica deducción de sus palabras es que parecía referirse al islam y más concretamente a la 'sharía' en cuanto al ámbito civil, particularmente, el familiar. Ya es visible en no pocas localidades de Cataluña la presencia de las comunidades marroquí y paquistaní ocupando de modo progresivo el espacio público, y en la propia capital, algunas comunidades islámicas se manifiestan en masa con ritos que se expresan golpearse el cuerpo de forma violenta, en tanto dan gritos y alaridos continuados, asunto del que se ha ocupado documentadamente El Debate, pese a que en determinados ámbitos se niegue esa realidad.

Bernard Lewis en su obra El Lenguaje político del Islam, donde recuerda que todo buen musulmán tiene el deber de extender la doctrina, incluso con las, porque el mensaje de Alá debe ser atendido por toda la Humanidad. Y el egipcio Shamir Khalil Samir, profesor de diversas universidades y autor de cientos de artículos y varias decenas de libros sobre la materia insiste, en el libro Cien preguntas sobre el Islam, publicado por el Centro de Estudi sull Ecumnenismo, de Giorgio Paolucci y Camille Eid, en que hacer la 'Jihad', es decir, comprometerse en la extensión del islam (por el método que sea) es una obligación personal y colectiva para todos los musulmanes varones. Y que muchos musulmanes residentes en Occidente perciben la modernidad como algo meramente occidental, para uso de sus ventajas funcionales, pero evitando que alteren sus principios y tradiciones como es bien visible ya en Cataluña.

Samir Khalil alude a la realidad que se pretende ignorar, se recuerda que, en el Sínodo de Europa, celebrado en Roma en 1999, el arzobispo de Esmirna (Turquía), monseñor Giuseppe Bernardinic con ocasión de unos diálogos oficiales entre musulmanes y cristianos, denunció que un relevante personaje del islam manifestó con seguridad: «Gracias a vuestras leyes democráticas os invadiremos, gracias a vuestras leyes democráticas, os dominaremos». Samir Khalil dice que, ante los riesgos de esa invasión religiosa y cultural, se debe encontrar un punto de equilibrio porque Europa no puede abdicar de sus principios de democracia, de pluralismo y de libertad que caracteriza sus sistemas jurídicos y legislativos. ¿Entonces, habrá que aceptar que haya tribunales islámicos como de hecho ya funcionan en Francia y el Reino Unido y aplicar la 'sharía' en determinados aspectos de la legislación civil occidental? Ese camino y la no integración en los valores de la cultura occidental llevará a otro simplemente con el tiempo, en la medida que la masa crítica supere a la de la sociedad occidental de origen, como se cansó de explicar el sociólogo Giovanni Sartori. Y como dice Samir es de destacar que en el retorno a las raíces del Islam en los barrios islámicos de la grades ciudades como los banlieues de París, son los jóvenes, incluso ya nacidos aquí, quienes acusan a sus padre de haber «traicionado sus raíces».

Parecería, dice Samir, como que a los musulmanes no les atañe la Declaración Universal de Derechos Humanos, ya que, en 1995, en la Conferencia Islámica, 45 países proclamaron la «Declaración Universal de los 'Derechos Humanos del Islam'». Y mientras Arabia Saudí siembra Europa de mezquitas, este país prohíbe todo culto a las religiones que no sean islámicas, tanto de modo público como privado, incluso cosas tan normalidad como enviar una felicitación por Navidad. Dice Samir Khalil: «La participación en reuniones clandestinas de oración. Así como la posesión de material no islámico (Biblias, rosarios, cruces, imágenes sagradas) traen consigo el arresto y la expulsión e incluso la pena capital».

Un reciente informe publicado por el diario The Times reveló la existencia de 85 tribunales de la 'sharía' en el Reino Unido, que operan como instituciones informales aplicando leyes islámicas en asuntos familiares. En este país se han celebrado aproximadamente 100.000 matrimonios islámicos, muchos de los cuales no están registrados oficialmente. El proceso de acomodación del islam en España se basa en la Constitución de 1978, que garantiza la libertad de culto. Pero como señala María José Roca Fernández, la 'sharía' no puede considerarse ley aplicable en un Estado occidental. Una cosa es la libertad de culto, como derecho personal del ejercicio de la religión, pero su eficacia jurídica es limitada, y no alcanza a conceder a los creyentes de ninguna confesión la modificación de los preceptos del Derecho español, por el hecho de que contravengan los preceptos de la ley islámica. Ello iría en contra del propio concepto de libertad de pensamiento occidental, que incluye la autonomía de las cuestiones temporales respecto de la religión, y también en contra del principio de igualdad ante la ley. Tanto el principio dualista de la separación entre lo temporal y lo espiritual como el principio de igualdad ante la ley y en la aplicación de la ley forman parte de la identidad cultural occidental. El respeto al pluralismo es también propio de la cultura occidental. Pero el pluralismo no puede llegar usarse para destruir nuestra propia cultura.

  • Fernando Ramos es periodista
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