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26 de abril de 2024

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EFE

Fútbol y fe: las monjas vuelven a vestirse de corto

Gracias a este iniciativa, 18 monjas de distintas partes de Italia y diversas congregaciones, han podido volver a ponerse las espinilleras para jugar en la inédita Liga Nacional de Fútbol de Monjas

en la espalda de su camiseta amarilla puede leerse 'sor Emilia' o 'sor Celeste' que junto a ocho compañeras de equipo se han quitado el hábito para calzarse las botas y retomar su pasión por el fútbol. Son las jugadoras del equipo Sister Football Team, uno de los cuatro que juegan de manera profesional en la primera Liga Nacional de Fútbol de Monjas de Italia.
En un pequeño campo romano, las hermanas se pasan el balón mientras calientan para el partido. Emilia es una de las jugadoras más veteranas del Sister Football Team, y gracias al apoyo del Comité Olímpico Nacional Italiano y la Federación italiana de Fútbol ha podido recuperar su afición. Ya a los 18 años, practicaba este deporte de forma profesional, cuando formaba parte de la selección femenina de fútbol de Rumanía.
«Yo pensé que cuando a los 23 años entré en la congregación había dejado las zapatillas y no jugaría más», explica mientras descansa de su entrenamiento. No obstante, sor Emilia nunca renunció a su pasión. Abrió una escuela de fútbol para niños, que mantuvo hasta 2021, cuando fue reclutada para formar parte de este curiosos equipo.
«Cuando nos ven, los jóvenes se quedan sorprendidos de que seamos monjas que se visten con pantalones y juegan a fútbol», comenta entre risas la religiosa con la periodista de Efe Andrea Cuesta. Emilia explica también que lo primero que pasa por la mente de quienes no las conocen es la imagen de monjas vestidas con túnicas y con tocado sacadas de la comedia Sister Act.
Más allá de la ficción, el equipo de las hermanas entrena con gran diligencia y siguiendo las indicaciones de su entrenador y fundador, Moreno Buccianti, quien ya en 2015 había fundado un equipo de sacerdotes y ya en 2021 –en plena pandemia– decidió que era hora de reunir a «monjas con una pasión por el fútbol».
Gracias a este iniciativa, 18 monjas de distintas partes de Italia y diversas congregaciones, han podido volver a ponerse las espinilleras para jugar en la inédita Liga Nacional de Fútbol de Monjas, en la que los cuatro equipos que existen de religiosas de toda Italia «compiten siempre con un objetivo solidario para ayudar en distintas campañas benéficas», añade el entrenador.
«Nuestro campeonato es diferente porque somos monjas de congregaciones distintas y eso no es fácil, pero tenemos un único objetivo, evangelizar, porque aún compitiendo, jugamos por Cristo, nuestro mayor seguidor», sostiene Sor Emilia.
Y es que para estas jugadoras, el proyecto va más allá de competir en un deporte: lo viven como una oportunidad para experimentar juntas un deporte les ayuda a conectar con Dios y «evangelizar a través del balón».
«La normalidad de las monjas que juegan a fútbol es un testimonio de que juntas podemos construir solidaridad y el bien, y creo que esto es un testimonio del Evangelio», apunta Sor Lara, que ha jugado al fútbol desde pequeña.
En cuanto se enteró de la existencia del equipo, esta monja italiana no dudó a ponerse en contacto con Buccianti para unirse, una decisión a la que invita a aquellas compañeras que dejaron de jugar cuando se convirtieron en monjas, «porque vivir días en los que vas al campo en pantalones es algo bello».
En esta línea, Sor Celeste explica a Efe, en un perfecto español, cómo esta iniciativa demuestra que «cuando entras en una congregación no tienes que dejarlo todo porque Jesús no te quita nada, sino que te lo da todo, y las monjas deben recuperar sus pasiones».
Por este mismo motivo, la veterana Sor Emilia recuerda algo importante: «Aunque el fútbol en Italia es de hombres y en la Iglesia a la mujer se la ve poco, el primero en venir a vernos jugar a balón y el primer seguidor es el papa Francisco».
Su próximo torneo será en el pueblo natal de San Francisco de Asís, donde competirán con los demás equipos de religiosos que forman parte de la Liga Nacional, un primer paso con el que Buccianti espera coger el ritmo para comenzar a organizar más torneos solidarios.
Este futuro agrada a las jugadoras que aguardan con ansias poder jugar y disfrutar del deporte, tanto las más jóvenes como la más veterana, como Sor Emilia, que afirma con seguridad que no parará de jugar, aunque a sus 52 años sea mayor que «el mejor jugador del mundo, (el sueco Zlatan) Ibrahimovic», de quien es una fan absoluta.
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