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17 de junio de 2024

Tom Tryon y Raf Vallone en "El cardenal" (1963)

Tom Tryon y Raf Vallone en «El cardenal» (1963)

Rodada en 1963

Cuando el joven Ratzinger se convirtió en asesor de cine de Hollywood

Durante su etapa de profesor universitario, el futuro Benedicto XVI fue requerido para supervisar una de las grandes películas que estuvo a punto de ganar seis premios Oscar

Sacerdote, teólogo, profesor universitario, Papa, pianista, prefecto de Doctrina de la Fe, cardenal... y asesor de películas de Hollywood. El Papa Benedicto XVI tal vez pasaba por ser un hombre gris y rutinario, pero en su vida desplegó multitud de facetas distintas. Una de las más desconocidas probablemente sea la que le llevó a asesorar nada menos que al aclamado director de cine Otto Preminger en una de sus obras maestras del celuloide: «El cardenal», una cinta que rodó en 1963 y con la que fue nominado a los Oscar en la categoría de mejor director. John Huston también recibió una mención como mejor actor secundario y, aunque no consiguió la codiciada estatuilla, más tarde se haría con el Globo de Oro por su interpretación en el papel del cardenal Glennon. Una bellísima y risueña Romy Schneider y Tom Tryon protagonizaron el largometraje, que fue un éxito de público y de crítica.

En 1963, Joseph Ratzinger era un joven sacerdote de 36 años que llevaba apenas 4 como profesor en la Universidad de Bonn. Ya era, sin embargo, reputado como un magnífico teólogo, y ese mismo año fue requerido en la Universidad de Münster. «Era tanto el prestigio de Ratzinger que la gente llenaba sus clases, y de ahí el éxito que tuvo al publicar Introducción al cristianismo, que le catapultó a la fama. Por eso las universidades más prestigiosas le querían», explica José María Carabante, filósofo y autor del libro Joseph Ratzinger. El Papa de la razón. Una introducción al pensamiento de Benedicto XVI (Sekotia).

Joseph

Joseph Ratzinger en su etapa de profesor universitario

Esa fama fue la que llevó a Preminger a contar con el profesor Ratzinger como asesor para el nuevo proyecto cinematográfico que tenía entre manos: El cardenal. Se trataba de una película con guion de Robert Dozie y que se basaba en una novela de 1950 escrita por Henry Morton Robinson, que trataba sobre la vida de Francis Spellman, arzobispo de Nueva York y cardenal.

Meticulosidad de Preminger

Era bien conocida la casi obsesión del director austro-estadounidense por el cuidado de los detalles a la hora de rodar, y en aras de esa meticulosidad quiso contar con la supervisión del profesor universitario en todo lo que tuviera que ver con la Iglesia católica, que era mucho en esa película. Preminger provenía de una familia judía y, aunque se formó en un colegio católico de Graz (Austria), estaba bastante alejado del hecho religioso.

Otto Preminger da unas indicaciones a los dos protagonistas de la película: Romy Schneider y Tom Tryon

Otto Preminger da unas indicaciones a los dos protagonistas de la película: Romy Schneider y Tom Tryon

No se conocen demasiados detalles sobre la asesoría que dispensó Ratzinger al genial director y, de hecho, se trata de un episodio de la vida del futuro Pontífice que no aparece en varias de las biografías que se han escrito sobre él, aunque sí en publicaciones especializadas en el séptimo arte. Lo que es seguro es que debió de ser impecable: la película refleja a la perfección y con absoluto respeto a la Iglesia católica como institución y aborda con profundidad e inteligencia temas como el matrimonio interreligioso, la sexualidad, el aborto, los derechos civiles, el racismo, el nazismo y la guerra.

La película obtuvo cuatro nominaciones más a los premios Oscar: mejor fotografía (Leon Shamroy), mejor dirección artística (Lyle R. Wheeler y Gene Callahan), mejor vestuario (Donald Brooks) y mejor montaje (Louis R. Loeffler).

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