
Los orgullosos vecinos de Luezas, a la entrada de su pueblo
Ofrecen varias «recompensas»
La lucha de una aldea de La Rioja para recuperar su iglesia del siglo XIII, abandonada desde los 70
Sin ningún vecino censado, los descendientes de los habitantes de Luezas de Cameros se proponen reunir los 35.000 € que necesitan para volver a abrir el templo
No se celebra misa desde que sus últimos habitantes marcharon en los años 70 del pasado siglo. Pero un pueblo no queda totalmente abandonado mientras haya vecinos que quieran mantenerlo con vida. Es el caso de Luezas de Cameros, en La Rioja, una remota aldea a 1.140 metros de altitud que no cuenta con población permanente, aunque tiene varias casas restauradas que son habitadas en verano. Y son estos vecinos estivales –hijos y nietos de los antiguos pobladores– los que se han propuesto detener el reloj del tiempo para sacar a su aldea del abandono.
Ya llevan varios años trabajando para recuperar las principales tradiciones como fiestas, danzas y costumbres. En 1984 se agruparon en torno a la Asociación de Amigos de Luezas de Cameros, y desde entonces no han parado: «Hemos solventado las necesidades básicas de acceso, saneamiento, agua potable y luz», explican. Pero ahora han dado un paso más. «Emprendemos un ilusionante y necesario proyecto»: nada menos que recuperar «una joya del patrimonio riojano», la iglesia de la Asunción de Luezas de Cameros, desacralizada desde los años 70.

El interior de la iglesia de la Asunción, cubierto de escombros
Para ello, claro, necesitan un dinero que no tienen, y por eso han acudido a la asociación Hispania Nostra, quien les ha brindado su apoyo para lanzar una campaña de micro mecenazgo que les permita alcanzar los 35.000 € que necesitan para acometer la restauración de la bóveda y la nave central, lo que permitiría la apertura de nuevo de sus puertas. Acaban de comenzar la campaña y ya han reunido casi 5.000 € gracias a la generosidad de 60 donantes, y les quedan 30 días (hasta el último de junio) para conseguir el resto del dinero.
Para ello han tirado de ingenio y han ideado varias «recompensas» para los que se decidan a ayudarles. Por ejemplo, los que aporten 30 € estarán invitados a «una excursión el 17 de agosto al fabuloso balcón del mirador del Viso desde el que contemplar unas vistas panorámicas del Valle del Iregua y alrededores». Los que cooperen con 100 € se convertirán en «luezanos por un día», lo que les permitirá «disfrutar de la fiesta principal del pueblo el 16 de agosto, participando en todas sus actividades y siendo uno más de nosotros». «Verás la actuación de las danzas tradicionales, estarás invitado a nuestra comida de Hermandad, participarás en los juegos populares y bailarás en nuestra verbena», proponen. Además, recuerdan que «tu donación tiene una desgravación fiscal de hasta el 80 %. Si donas 50 €, en tu próxima Declaración de la Renta te devolverán hasta 40 €».

Los vecinos de Luezas, que han recuperado sus bailes y tradiciones populares, ante su iglesia parroquial
La Iglesia de la Asunción tiene sus raíces en el siglo XIII, aunque su aspecto actual tomó forma en 1565, gracias al trabajo del maestro Juan de Guerricaiz. La familia de canteros de Nalda, Martín Garaizabal y sus hijos, continuaron la obra entre los años 1573 y 1574, dando los últimos toques el maestro Miguel de Arza hacia el año 1590. Domingo de Legarra completó el conjunto de sus edificaciones, acabando la torre en 1610.
«Todas estas manos de diferentes artistas y el gran esfuerzo de todos aquellos que los ayudaron a completar sus obras han hecho de ella un complejo de estilo tardo gótico-renacentista», explican los vecinos. Su exterior austero y recio, de muros gruesos y pocos y estrechos ventanales, contrasta con el interior coronado por tres bóvedas de crucería estrellada «que impresionan y asombran a todo el que las ve».

En 2019, los vecinos pudieron volver a techar su iglesia
En 2019, «gracias a la inestimable colaboración del Gobierno de La Rioja y del Ayuntamiento de Soto en Cameros, se obtiene una subvención para evitar el hundimiento de la iglesia, desescombrando el tejado, reforzando las bóvedas exteriormente e instalando una cubierta que asegura su pervivencia en el tiempo». Ahora, su sueño de volver a abrir el templo podría estar más cerca que nunca.