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La hermana Mary dirige el servicio médico móvil de la diócesis de Knoxville, brindando atención a los más necesitadosThe Catholic Extension Society

La monja (y médico) sobre ruedas que lleva un hospital ambulante a los rincones más remotos de Tennessee

La hermana Mary Lisa Renfer ha sido galardonada con el prestigioso Premio Lumen Christi por su destacado servicio médico en favor de los más vulnerables

En una soleada mañana de agosto en Knoxville, Tennessee, un imponente vehículo de más de 20.000 kilos abandonó su garaje, equipado con todas las herramientas necesarias para brindar atención médica de calidad. Dos salas de examen, una farmacia, un laboratorio y todo lo necesario para ofrecer atención primaria ambulante, se dirigían a la comunidad rural de Crossville. La clínica móvil St. Mary’s Legacy Clinic (SMLC), dirigida por la hermana Mary Lisa Renfer, tenía un nuevo destino: llegar a la iglesia de San Alfonso para proporcionar atención a los más necesitados.

El equipo de la clínica comenzó a trabajar de inmediato, preparando el vehículo y adaptándose al lugar en tiempo récord. La hermana Mary Lisa, que seguía de cerca los movimientos, no solo lideraba el equipo, sino que demostraba con su ejemplo la vocación que la llevó a este trabajo: servir a Dios y a las personas.

Recientemente, esta audaz religiosa fue galardonada con el prestigioso Premio Lumen Christi 2024-2025, que incluye una subvención de 50 mil dólares para apoyar el trabajo de la clínica. El premio fue otorgado por la Catholic Church Extension Society, una organización dedicada a difundir la fe católica en las misiones más necesitadas y remotas de Estados Unidos, donde los recursos diocesanos son limitados.

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La hermana Mary con una de las pacientes delante de la clínica móvilThe Catholic Extension Society

Como indica el nombre del premio, Luz de Cristo, este reconocimiento se otorga a quienes han logrado reflejar de manera destacada la presencia de Cristo en sus comunidades. Ese es el caso de la hermana Mary Lisa, religiosa de la Misericordia de Alma, Michigan, un instituto de derecho pontificio dedicado a las obras de misericordia corporales y espirituales. Además de su vocación religiosa, también es doctora, y su labor diaria está marcada por un profundo compromiso de llevar a Jesús a través del cuidado de la salud, especialmente a quienes carecen de seguro y acceso a atención en las áreas rurales del este de Tennessee.

Atención al cuerpo y alma

Lo que hace única a la St. Mary’s Legacy Clinic no es solo la calidad de la atención médica, sino su visión más amplia del bienestar. Cuenta un reportaje de The Catholic Extension Society que la hermana Mary Lisa y su equipo no solo tratan enfermedades, sino que también acompañan a cada persona en su dimensión humana y espiritual. Antes de iniciar la jornada, el equipo se reúne en oración, pidiendo a Dios que los guíe en su trabajo, asegurándose de que cada paciente reciba no solo un diagnóstico, sino también cercanía, comprensión y esperanza.

La labor de la clínica es parte de un esfuerzo más amplio de la diócesis de Knoxville para apoyar a los más necesitados. En Crossville, por ejemplo, además de la atención médica, quienes enfrentan dificultades económicas pueden recibir ayuda para el pago de alquiler o servicios públicos a través de la iglesia local, sin importar su religión. Asimismo, quienes lo deseen pueden acudir a la parroquia en busca de acompañamiento espiritual, reflejando el compromiso de la comunidad católica con el bienestar integral de cada persona.

Una vida dedicada a los demás

La hermana Mary Lisa no inició su camino directamente en la medicina. «Siempre supe que el Señor me amaba y siempre quise entregarle mi vida», comenta con una humildad que refleja su vocación. Su interés por la atención médica surgió tras un viaje misionero a Ecuador, donde trabajó con niños maltratados. «Allí conocí a Cristo de una manera muy real», asegura.

Tras un proceso de discernimiento entendió que su misión era entregarse completamente a Dios y se unió a las Hermanas Religiosas de la Misericordia. Más tarde se trasladó a la Universidad Estatal de Michigan para completar su licenciatura y obtener su doctorado en medicina osteopática, preparándose así para una vida dedicada tanto a la medicina como al servicio religioso.

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La clínica móvil ha aumentado la plantilla de dos a seis personas y de 50 a más de 100 voluntariosThe Catholic Extension Society

En 2020 la hermana Mary Lisa asumió la dirección médica de St. Mary’s Legacy Clinic tomando el relevo de la hermana Mariana Koonce, quien había fundado la clínica en 2013. Bajo su liderazgo la clínica ha experimentado un crecimiento impresionante, duplicando el número de pacientes atendidos en los últimos cuatro años. Actualmente la clínica realiza más de 1.400 visitas de pacientes al año y continúa expandiendo sus servicios.

17.000 kilómetros de servicio a los demás

En sus once años de existencia, la clínica móvil ha recorrido más de 17.000 kilómetros brindando atención médica en áreas rurales del este de Tennesse donde la cobertura de salud es escasa. La hermana Mary Lisa, junto a su equipo de voluntarios y personal médico, trata enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y problemas hepáticos, además de atender las secuelas físicas de desgaste físico. Para quienes requieren un tratamiento más especializado, la clínica cuenta con acceso a especialistas y hospitales que ofrecen atención gratuita a través de un proceso asistido por el equipo.

El número de pacientes crece cada año, y para responder a esta creciente demanda, la hermana Mary Lisa ha mantenido la calidad del servicio aumentando la plantilla de dos a seis personas y de 50 a más de 100 voluntarios. Con el fin de mejorar aún más la cobertura, se está preparando para introducir una nueva clínica móvil más grande para reemplazar el vehículo actual. A pesar de los retos, la hermana Mary Lisa sigue trabajando incansablemente. Cuando no está 'sobre el terreno', realiza citas virtuales de seguimiento a los pacientes, reabastece la clínica, actualiza los historiales médicos, forma a los trabajadores y voluntarios y coordina las próximas visitas.

El trabajo de la hermana Mary Lisa y su equipo no solo mejora la salud física de las personas, sino que también impacta sus vidas espiritualmente. Tanto quienes reciben atención como los voluntarios destacan la calidez y el amor con que son acogidos. «Muchos se sienten verdaderamente amados y cuidados en cada consulta», afirma Martín Vargas, director ejecutivo de la clínica, quien subraya la importancia que la hermana Mary da a no ver a nadie como un conjunto de problemas que resolver, «sino como un ser humano con dignidad».

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