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01 de mayo de 2024

La capilla ardiente de Benedicto XVI ha abierto sus puertas este lunes 2 de enero en la Basílica de San Pedro

La capilla ardiente de Benedicto XVI ha abierto sus puertas este lunes 2 de enero en la Basílica de San PedroEFE

Roma se prepara para recibir 60.000 visitantes para despedir a Benedicto XVI

Cientos de personas se encontraban ya en la mañana de este lunes en la Plaza de San Pedro esperando a que las puertas de la basílica se abrieran y dar el último adiós al Papa emérito

La capilla ardiente de Benedicto XVI ha abierto sus puertas este lunes 2 de enero en la Basílica de San Pedro. Allí reposarán los restos mortales de Joseph Ratzinger hasta la tarde del miércoles 4, cuando se cerrarán la capilla con motivo de preparar el funeral, que tendrá lugar el jueves 5 a las 9,30 h de la mañana y que será presidido por el propio Papa Francisco.
Con este motivo, Roma y la ciudad del Vaticano se preparan para recibir entre 30.000 y 35.000 personas cada día, aunque se prevé que el jueves aumenten a 60.000, que acudirán a cobijarse entre la columnata de Bernini para atender a la misa funeral.
Este domingo, 1 de enero, se organizó una capilla ardiente privada en el monasterio Mater Ecclesiae, donde el Pontífice emérito residía desde su dimisión en el año 2013, donde pudieron velar su cuerpo familiares y amigos. La sala estaba solo adornada con un árbol de Navidad y un pesebre.
No obstante, durante los próximos tres días se expondrán sus restos mortales para que los fieles puedan acudir a la Basílica de San Pedro para orar. Desde primera hora de la mañana de este lunes 2 de enero, cientos de personas hacían cola en la plaza para poder pasar a la capilla ardiente nada más abrieran las puertas.
Muchos de ellos portaban banderas de Alemania, el país natal de Ratzinger. El difunto descansa sobre un catafalco, cubierto con una tela de terciopelo rojo y sostenido por dos cojines, con una casulla roja, un rosario en las manos y una mitra blanca adornada. Al tratarse de un Pontífice emérito, a diferencia de sus antecesores, no lleva palio papal, la cinta de lana que se pone sobre los hombros y que simboliza la potestad de gobierno en una determinada jurisdicción. Según informan los medios italianos, el palio será colocado en el ataúd, como se hace con los obispos eméritos.
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