
Fieles acercándose a despedir al Papa Francisco
Miles de fieles rinden su último adiós a Francisco en la basílica de San Pedro, en directo
El cuerpo del pontífice está expuesto desde las once de la mañana para el homenaje de los fieles antes del funeral previsto para el sábado
Desde lo alto de la columnata de Bernini, a unos 30 metros sobre la Plaza de San Pedro, la vista es imponente. San Pedro no es sólo el centro del catolicismo: hoy es el escenario de un evento que ya se inscribe en la historia. Abajo, la plaza está completamente ocupada. Miles de fieles y turistas se han reunido desde temprano para presenciar de cerca un momento único: el traslado del féretro del Papa Francisco desde Casa Santa Marta hasta la basílica vaticana, donde a partir de las 11 se abrirá la capilla ardiente al público.
Hasta ahora, sólo un grupo reducido —familiares, colaboradores cercanos, miembros de la Curia— había podido despedirse en privado. Pero hoy comienza el adiós colectivo. A las nueve en punto, la procesión salió de la residencia papal, atravesó la plaza de Santa Marta y la de los Protomártires Romanos, cruzó el Arco de las Campanas y accedió lentamente a la plaza de San Pedro. Un trayecto breve en distancia, pero que hoy se ha hecho más largo por la solemnidad que acompaña el momento.
El féretro, llevado a hombros por los sediarios y escoltado por la Guardia Suiza, avanzó en silencio mientras el repique de las campanas y el canto del Kyrie Eleison acompañaban la marcha. La plaza respondió con un aplauso largo, contenido. Por delante, los cardenales, obispos y clérigos abrían el cortejo, mientras autoridades civiles marchaban por detrás del ataúd junto a otros religiosos y trabajadores del Vaticano.
Dentro de la basílica, frente al altar de la Confesión —el punto exacto bajo el cual reposan los restos del apóstol Pedro—, el cardenal Kevin Farrell presidió una Liturgia de la Palabra breve y sin discursos. Al finalizar, se entonó la Salve Regina como único cierre: medido, austero, solemne.
La plaza de San Pedro, llena
Fuera, la plaza se ha convertido en un hervidero. Las filas de acceso se extienden más allá de la columnata; los controles de seguridad trabajan sin pausa. Algunos ya logran entrar, otros esperan con paciencia, móviles en mano, grabando, transmitiendo, registrando cada instante. La cobertura mediática es total: cámaras, fotógrafos y técnicos ocupan las terrazas de la columnata de Bernini y balcones reservados para los periodistas, afinando los últimos detalles para una jornada que el mundo sigue en tiempo real. La capilla ardiente ha comenzado.
Son muchos los peregrinos que ya están en Roma con motivo del Año Santo, y que ahora suman su presencia a la despedida del Papa Francisco. Muchos llevan banderas, y se atisban varias españolas, queriendo representar a su país en este momento. Se espera que lleguen aún más para el fin de semana, cuando estaba prevista la canonización de Carlo Acutis durante el Jubileo de los Adolescentes, un acto que ha sido cancelado debido a la situación actual.
Aun así, muchos aprovecharán los billetes y reservas ya hechas para viajar a Roma y estar presentes el sábado, cuando tendrá lugar el funeral del Papa en la Plaza de San Pedro, a las diez de la mañana. Mientras tanto, la ciudad sigue recibiendo fieles a diario. Esta mañana, el calor ya empieza a sentirse, y muchos se protegen como pueden, con paraguas, gorras o botellas de agua en mano. Todo apunta a que será una jornada intensa.