Fundado en 1910
Excavación de los restos óseos humanos en el cementerio de Marialba de la Ribera (León).

Excavación de los restos óseos humanos en el cementerio de Marialba de la Ribera (León)Universidad Autónoma de Madrid

Un estudio revela que la primera menstruación en la España medieval llegaba en torno a los 16 años

Los adolescentes en etapas iniciales de maduración eran sepultados en la zona infantil y los más desarrollados, junto a los adultos

Un estudio ha revelado que la pubertad en la España medieval comenzaba entre los 10 y los 12 años y que la primera menstruación (menarquía) llegaba en torno a los 16 años, una edad más tardía que en la actualidad.

El estudio, en el que ha participado un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha sido publicado en el American Journal of Human Biology, según ha informado la UAM este martes en una nota de prensa. En él se han combinado datos biológicos y arqueológicos para descifrar los significados sociales de la pubertad hace más de mil años.

Los autores, expertos en antropología física, analizaron los restos de 37 jóvenes de entre 8 y 25 años enterrados en el cementerio de Marialba de la Ribera (León), un yacimiento altomedieval situado en el norte de la península ibérica. A partir de indicadores óseos, estimaron en qué fase del desarrollo puberal se encontraba cada individuo y cotejaron esa información con la ubicación de sus tumbas dentro del cementerio.

Ya en la excavación se había documentado la tendencia a agrupar a los individuos en función de su edad, destinándose un sector concreto al entierro de la mayoría de los que no habían alcanzado la etapa adulta.

Entierros según la maduración

Una de las curiosidades que revela el estudio es que los adolescentes en etapas iniciales de maduración eran sepultados en la zona infantil, mientras que aquellos con un desarrollo corporal más avanzado eran enterrados fuera de esa área, junto a los adultos.

«El hallazgo sugiere que no era la edad cronológica, sino el desarrollo lo que marcaba el paso a la vida adulta», han explicado los autores del estudio. Es decir, el cuerpo era el principal marcador social de identidad: cuando dejaba de parecer infantil, los jóvenes pasaban a ocupar un nuevo lugar en la comunidad, siendo merecedores de un tratamiento funerario similar al de los adultos.

Este enfoque metodológico representa un paso significativo en el campo de la antropología física. Además de describir rasgos biológicos, el estudio propone una lectura cultural de los restos humanos, integrando evidencia arqueológica y modelos de crecimiento óseo y maduración, para reconstruir experiencias sociales del pasado desde un punto de vista transdisciplinar.

Para los investigadores, esto permite aproximarse a una historia no escrita de la adolescencia. «El cuerpo era un texto social que las comunidades medievales leían para asignar roles y estatus», ha señalado la autora principal del estudio, Danielle Michelle Doe. En una época sin registros civiles ni certificados de nacimiento, era el desarrollo físico, y no el calendario, el que contaba.

Este estudio abre así nuevas vías para explorar cómo las sociedades han construido, y siguen construyendo, la adolescencia como categoría cultural.

Temas

comentarios
tracking