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40 años de la legalización del abortoÁlvaro Ortega

2,5 millones de razones para defender la vida

Hoy quiero hacer un llamamiento claro: la batalla no está perdida. Aunque muchos quieran hacernos creer que defender la vida es una batalla cultural ya superada, nosotros respondemos con la fuerza de una generación que no se resigna

Actualizada 11:55

Este sábado, 5 de julio, se cumplen 40 años de la despenalización del aborto en España. Cuatro décadas desde que nuestro país promulgó una ley que abrió la puerta a lo que hoy, tristemente, son más de dos millones y medio de vidas humanas perdidas. Es un aniversario oscuro. Pero también es una oportunidad para alzar la voz con una convicción que no ha cambiado desde entonces: toda vida humana vale, toda merece ser defendida, amada y protegida desde su inicio hasta su fin natural.

Hoy quiero hacer un llamamiento claro: la batalla no está perdida. Aunque muchos quieran hacernos creer que defender la vida es una batalla cultural ya superada, nosotros respondemos con la fuerza de una generación que no se resigna. Una generación que ha crecido en medio de la confusión, pero que ha descubierto el valor incomparable de la maternidad, la belleza de cada vida humana, y la urgencia de una cultura verdaderamente humana, en la que cada vida importa y merece ser defendida.

Estos 40 años han dejado una herida profunda en la conciencia de nuestro país. Se nos ha vendido el aborto como un derecho, como un signo de progreso, como una solución. Pero la realidad es que ninguna ley puede transformar en bien lo que en su esencia es una injusticia: la eliminación de un ser humano en su etapa más inocente y vulnerable. Es cierto que detrás de cada aborto suele haber sufrimiento, miedo, soledad. Por eso mismo, nuestra respuesta es siempre acompañamiento, apoyo y esperanza.

Frente a un sistema que presenta el aborto como única salida, desde +Vida apostamos por una alternativa real: estar al lado de las mujeres, especialmente las más jóvenes, para decirles que sí se puede. Que no están solas. Que la maternidad no es un obstáculo para su desarrollo, sino una posibilidad de plenitud. Que ser madre nunca debería ser motivo de abandono, despido, rechazo o vergüenza. Y que toda sociedad verdaderamente avanzada cuida a sus madres, protege a sus hijos y acoge la vida, incluso en la fragilidad.

Es el momento de la maternidad. De una Ley de Apoyo a la Maternidad que proteja de manera efectiva a la mujer embarazada en situación de vulnerabilidad o desamparo social y dote de ayudas reales y efectivas a toda mujer que necesite recursos económicos, apoyo psicológico o acompañamiento para proteger su maternidad.

En estos años hemos visto cómo se cierran centros de apoyo a embarazadas, cómo se persigue a quienes ofrecen ayuda frente a los centros de aborto, cómo se aprueban leyes que silencian a los provida y alejan cualquier atisbo de debate público. Pero también hemos visto crecer una nueva ola de jóvenes comprometidos, valientes, formados, capaces de explicar con argumentos científicos, éticos y humanos por qué la vida es siempre un bien. Jóvenes que no tienen miedo de nadar contracorriente, que no se avergüenzan de decir que el aborto no es la solución, y que están dispuestos a dedicar su tiempo, sus recursos y su voz a salvar vidas.

Este 5 de julio no es una fecha cualquiera. Es un momento para hacer memoria, para llorar tantas vidas humanas arrebatadas, para pedir perdón como sociedad. Pero también es un momento para mirar al futuro con esperanza. La batalla por la vida no ha terminado, porque mientras haya un solo corazón joven que se rebele contra la cultura de la muerte, mientras haya una madre que decida seguir adelante gracias a una palabra de ánimo, mientras haya un voluntario dispuesto a darlo todo por una vida que se encuentra en el vientre de su madre, la esperanza sigue viva.

Desde la Fundación +Vida queremos dar las gracias a todos los que durante estos 40 años han defendido la vida con coraje y tesón: a los médicos valientes, a las asociaciones provida, a las familias acogedoras, a las madres que dijeron «sí» en medio de la incertidumbre. Los jóvenes recogemos ese testigo con orgullo y responsabilidad. Y juntos, con una alianza de generaciones, conseguiremos revertir esta Ley. Creemos en una España que no tenga que elegir entre la mujer y su hijo.

Creemos en una sociedad donde la compasión no signifique eliminar al más débil. Creemos que cada vida humana —sin excepción— es un regalo. Hoy, 40 años después, decimos con más fuerza que nunca: la vida merece la pena. Siempre. Por ellos, por todos los niños que están por nacer, gritamos hoy alto y claro un gran SÍ, sí a la vida.

  • Álvaro Ortega es presidente de fundación +Vida y director general de Fertilitas

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