Puesto de Mando Avanzado situado en el municipio de Santa Úrsula (Tenerife)
El incendio de Tenerife sigue sin estar controlado pero deja una noche tranquila y sin grandes incidencias
Se mantienen fuera de sus casas unos 3.000 vecinos de La Corujera (Santa Úrsula) y otros 200 de Pino Alto (La Orotava)
¿Por qué el incendio de Tenerife ha resurgido más de un mes después?
El incendio de Tenerife sigue sin estar controlado. La reactivación del fuego forestal en los municipios de Santa Úrsula y La Orotava evoluciona tras una noche tranquila y sin grandes incidencias, pese a que el viento soplaba de forma descendente.
Afortunadamente, no ha habido nuevos desalojos y se mantienen fuera de sus casas unos 3.000 vecinos de La Corujera (Santa Úrsula) y otros 200 de Pino Alto (La Orotava), la mayor parte en sus segundas residencias, viviendas de amigos y familiares, hoteles y centros sociosanitarios, más algo más de un centenar en el pabellón municipal de deportes de Santa Úrsula.
El incendio de Tenerife y su evolución
Más hectáreas quemadas
Por ahora el fuego ha quemado unas 40 hectáreas de superficie y ha arrasado una vivienda y un cuarto de aperos en Santa Úrsula y durante la noche hubo reactivaciones de escasa importancia en la zona del mirador de La Atalaya.
Para este viernes se contará con un dispositivo de unos 150 efectivos y ocho helicópteros.
Giro inesperado de los acontecimientos
La llegada de una ola de calor como la que recorre buena parte del país, también Canarias, y la previsión de vientos descendentes han imprimido un giro inesperado de los acontecimientos.
«En general, los incendios los damos por extinguidos entre dos y tres meses más tarde, lo que tiene que ver con la llegada de la época de lluvias del otoño», informó Pedro Martínez, jefe de extinción de las Brigadas Forestales del Cabildo, al dar parte de la emergencia.
Desde finales de agosto, cuando el incendio se dio por controlado, se han producido «muchísimas reproducciones», con un promedio aproximado de «una cada dos o tres días».
Esos focos proceden «o bien de fugas del subsuelo, o bien de grandes árboles que van quemando su interior y que cuando salen fuera empiezan a arder o caen». Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido el miércoles, las condiciones más frías de septiembre habían impedido una rápida evolución desfavorable. El episodio de altas temperaturas, por el contrario, ha multiplicado los focos, lo que, unido a los vientos adversos, ha dado lugar a un caldo de cultivo perfecto para que se propaguen las llamas.
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