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Estación gravímetro y GPS con el Cerro Uturuncu al fondo

REMITIDA / HANDOUT por DUNCAN MUIR, CARDIFF UNIVERSITY.
Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma
29/4/2025

Estación gravímetro y GPS con el Cerro Uturuncu al fondoCardiff University

Se disipan temores de erupción inminente del volcán 'zombi' de Bolivia

El estudio confirma que la causa más probable de la actividad del Uturuncu es el desplazamiento subterráneo de líquidos y gases, y no una inminente erupción

Gracias al trabajo conjunto de expertos de China, Reino Unido y Estados Unidos, se han determinado las razones que explican la persistente actividad del volcán Uturuncu, situado en el corazón de los Andes centrales de Bolivia, descartando así un peligro inminente de erupción. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Conocido como el volcán ‘zombi’, el Uturuncu ha recibido ese apodo porque, a pesar de que su última erupción se remonta a hace aproximadamente 250.000 años, aún muestra signos de vitalidad geológica. Entre estos indicios figuran la emisión de gases y pequeños sismos, acompañados de un singular patrón de deformación en la superficie que recuerda a un sombrero: mientras el centro del sistema se eleva, las zonas periféricas tienden a descender.

Para los habitantes de la región, conocer con precisión las probabilidades de una erupción y su posible magnitud reviste una importancia capital, debido a las implicaciones que tendría un fenómeno de tal naturaleza. Hasta ahora, sin embargo, los científicos no contaban con una explicación clara para esta actividad residual. La clave, según intuían los investigadores, residía en descifrar el comportamiento del magma y los gases en el subsuelo del volcán.

Este nuevo estudio, fruto de la colaboración entre la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, la Universidad de Oxford y la Universidad de Cornell, ha permitido obtener una imagen detallada de las estructuras internas del volcán, gracias a datos recogidos a partir de más de 1.700 pequeños terremotos. Estas señales sísmicas se emplearon en una técnica de tomografía, similar a las empleadas en medicina para observar el cuerpo humano, que revela cómo viajan las ondas a través de distintos materiales, desvelando la estructura tridimensional del sistema volcánico.

El análisis conjunto de estas imágenes con datos sobre la composición de las rocas permitió a los investigadores identificar rutas por las que ascienden fluidos calentados por el sistema geotérmico. También se observó cómo se acumulan líquidos y gases justo debajo del cráter, lo que explicaría las deformaciones detectadas en la superficie.

El estudio confirma que la causa más probable de la actividad del Uturuncu es el desplazamiento subterráneo de líquidos y gases, y no una inminente erupción, lo que supone un alivio para la población cercana. Aunque el volcán descansa sobre uno de los mayores reservorios de magma de la corteza terrestre –el Complejo Volcánico Altiplano-Puna–, la existencia de un sistema hidrotermal activo entre este y la superficie no implica necesariamente un riesgo eruptivo a corto plazo.

«Me complace enormemente participar en esta colaboración verdaderamente internacional. Nuestros resultados demuestran cómo la combinación de métodos geofísicos y geológicos puede utilizarse para comprender mejor los volcanes, los peligros y los recursos potenciales que presentan», señaló el profesor Mike Kendall, del Departamento de Ciencias de la Tierra en la Universidad de Oxford.

Por su parte, el profesor Haijiang Zhang, de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Espacio de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, subrayó: «Comprender la anatomía del sistema volcánico Uturuncu solo fue posible gracias a la experiencia del equipo de investigación. Esto nos permitió combinar diversas herramientas avanzadas de imágenes geofísicas con el modelado de las propiedades de las rocas y sus interacciones con fluidos».

El profesor Matthew Pritchard, de la Universidad de Cornell, añadió: «Los métodos de este artículo podrían aplicarse a los más de 1.400 volcanes potencialmente activos y a las docenas de volcanes como el Uturuncu que no se consideran activos, pero que muestran signos de vida: otros posibles volcanes zombi».

El equipo espera que la integración de análisis sismológicos y de petrología contribuya en el futuro a desentrañar el funcionamiento de otros sistemas volcánicos similares.

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