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11 de mayo de 2024

Uno de los microelectrodos insertados en el cerebro del paciente

Uno de los microelectrodos insertados en el cerebro del pacienteWyss Center

Ciencia

Un enfermo de ELA severa logra comunicarse gracias a un implante cerebral

A medida que pasa el tiempo, la enfermedad acaba provocando la parálisis total, impidiendo que los pacientes puedan relacionarse sin dispositivos asistidos

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es un trastorno neurodegenerativo que conduce a la pérdida progresiva de la función muscular. A medida que pasa el tiempo, la enfermedad acaba provocando la parálisis total, impidiendo que los pacientes puedan comunicarse sin dispositivos asistidos. Sin embargo, un grupo de científicos ha logrado «conversar» con una persona que se encontraba en esta situación.
Hasta ahora, una vez que los pacientes de ELA perdían el control del movimiento ocular o los músculos faciales, ninguna tecnología de asistencia permitía relacionarse a aquellas personas totalmente bloqueadas. Investigadores del Centro Wyss y de la Universidad de Tübingen han desarrollado un método que ha permitido a un paciente de 34 años comunicarse.
«Este estudio responde a la pregunta si las personas con síndrome del cautiverio total (CLIS, por sus siglas en inglés), que han perdido todo el control voluntario, incluido el movimiento de ojos o la boca, también pierden su capacidad cerebral de generar comandos para la comunicación», explicó Jonas Zimmermann, neurocientífico del Centro Wyss.
«La comunicación con interfaces de ordenador exitosa se ha demostrado previamente en personas con parálisis. Pero el nuestro es el primer estudio en lograr la comunicación con alguien que no tiene movimiento voluntario remanente», añadió.
El participante, que vive en casa con su familia, aprendió a generar actividad cerebral al intentar diferentes movimientos. Estas señales fueron captadas y decodificadas por los microelectrodos implantados para reducirlas a unos simples «sí» o «no». Un programa de ortografía leía las letras del alfabeto en voz alta, lo que le permitía al paciente confirmar o rechazar cada carácter, formando finalmente palabras y oraciones completas. Así, el paciente fue capaz de pedir ciertas comidas o invitar a su hijo a ver una película juntos.
Para George Kouvas, director de Tecnología del Wyss Center, «este estudio también ha demostrado que, con la participación de la familia o los cuidadores, el sistema puede utilizarse en el hogar. Este es un paso importante para las personas que viven con ELA que están siendo atendidas fuera del entorno hospitalario».
«Esta tecnología, que beneficia a un paciente y su familia en su propio entorno, es un gran ejemplo de cómo los avances tecnológicos en el campo de BCI – interfaz cerebro-computadora– se pueden traducir para crear un impacto directo», aseguró.
El equipo también está trabajando en ABILITY , un dispositivo BCI implantable inalámbrico diseñado para conectarse de manera flexible a conjuntos de microelectrodos o rejillas de electrodos ECoG. Esto permitirá la detección y el procesamiento de señales de áreas muy específicas o más grandes del cerebro. El enfoque podría permitir la decodificación del habla directamente desde el cerebro durante el habla imaginada, lo que lleva a una comunicación más natural.
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