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04 de mayo de 2024

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El prototipo del vehículo, durante su demostración en el desierto californianoVenturi Astrolab

Espacio

Así es Flex, el coche que aspira a transportar a los astronautas por la Luna

Con 500 kilos de peso y espacio para dos tripulantes, es uno de los candidatos que se postulan para ser enviados por la NASA al satélite no antes de 2027

La historia de la conquista espacial está llena de hitos que, de una u otra forma, han revolucionado los límites de la ciencia y de nuestra propia existencia como especie: desde el lanzamiento del primer satélite hasta el envío de misiones a Marte, pasando por la insólita llegada del hombre a la Luna en 1969.
Menos espectacular, pero igual de importante a efectos de exploración, fue el envío en las postrimerías del programa Apolo de los primeros róveres que facilitaron la recogida de muestras, el establecimiento de comunicaciones a distancias cercanas o la grabación de imágenes más allá de la zona de aterrizaje. Un concepto que, pese a que fue perfeccionándose y ampliando su rango de posibilidades, no llegó nunca a permitir la movilidad de los astronautas por la propia superficie lunar.
Más de cinco décadas después del despliegue de los primeros vehículos al satélite, la NASA aspira ahora a derribar esta barrera. Por ello, la agencia espacial estadounidense lanzó en 2021 a la industria una petición para el desarrollo de róveres de nueva generación que brinden a los tripulantes la facultad de desplazarse, por un lado; y de recoger muestras y sedimentos en grandes proporciones, por otro.
La solicitud se enmarca en el lanzamiento del programa Artemis, con el que la agencia pretende volver a poner hombres y mujeres sobre la Luna para 2024, y varias empresas, como Lockheed Martin, General Motors o Northrop Grumman, ya han mostrado su interés en la idea.
No obstante, por el momento solo una compañía, la start-up californiana Venturi Astrolab, ha presentado oficialmente su propuesta: un vehículo de grandes dimensiones que permitirá a un máximo de dos astronautas desplazarse por la rocosa superficie lunar y levantar y transportar grandes cargas.
Con un peso de 500 kilos y capacidad de controlarse de forma semiautónoma e incluso remota, el róver ha sido bautizado como Flexible Logistics and Exploration (aunque es más conocido por su abreviatura, Flex) y se encuentra todavía en sus primeras fases de desarrollo.
Por el momento, el vehículo, que fue testado en el desierto de California, solo ha sido diseñado para la superficie terrestre (lo que hace que sea mucho más resistente de lo que sería en la Luna, donde la gravedad es la sexta parte de la de la Tierra y las temperaturas oscilan entre los -230 y los 120ºC en algunas zonas).
Para solventar estos desafíos, los impulsores incorporarán un sistema de aislamiento y una batería capaz de mantener el róver caliente de noche en zonas como el Polo Sur de la Luna. Durante el día, por el contrario, serán los propios paneles solares incorporados los que vuelvan a cargarlo.

Distinción

Según Astrolab –que aspira a que Flex sea empleado no solo en misiones lunares, sino también marcianas–, la distinción del vehículo estriba en «su novedosa arquitectura de sistema de movilidad, que le rinda la capacidad de recoger y depositar cargas útiles modulares en apoyo de la ciencia robótica, exploración, logística, estudio/preparación del sitio, construcción, utilización de recursos y otras actividades».
Sea finalmente el candidato elegido o no, lo cierto es que habrá que esperar todavía unos años para verlo en acción, habida cuenta de que la NASA ha informado de que no enviará un vehículo de estas características antes de 2027, en el marco de la misión Artemis 5.

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