
la supernova SNR 0509-67.5
Un telescopio capta los restos de una estrella destruida tras una doble explosión
Se trata de un tipo de supernova fundamental "para comprender el universo·, ya que, al comportarse de manera uniforme, su brillo constante y permite hacer mediciones muy precisas a escalas galácticas
Un equipo internacional de astrónomos ha conseguido obtener pruebas visuales de una estrella que fue destruida tras sufrir dos explosiones, un hallazgo que permite contemplar desde una perspectiva inédita algunos de los estallidos más significativos del cosmos.
El descubrimiento se ha producido tras analizar los vestigios centenarios de la supernova conocida como ‘SNR 0509-67.5’, observada con el telescopio VLT (Very Large Telescope), ubicado en el desierto de Atacama y operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO). Las conclusiones del estudio han sido publicadas este lunes en la revista científica Nature Astronomy.
Según una nota de prensa difundida por el ESO, aunque la mayoría de las supernovas representan el final explosivo de estrellas masivas, existe una variante particularmente relevante que tiene un origen menos evidente: las denominadas enanas blancas. Estos cuerpos celestes, remanentes inertes de astros similares al Sol que han agotado su combustible nuclear, son responsables de las conocidas como ‘supernovas de Tipo Ia’.
Este tipo específico de supernova se desencadena cuando una enana blanca, en un sistema binario, comienza a absorber materia de su estrella compañera. Una vez acumulada una masa equivalente a 1,4 veces la del Sol, se genera una explosión de brillo uniforme que sirve como patrón para medir distancias en el universo.El autor principal del estudio, Priyam Das, investigador en la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), ha subrayado que «las explosiones de enanas blancas desempeñan un papel crucial en la astronomía». Estas explosiones, ha detallado, son esenciales para entender la expansión del universo y constituyen, además, la principal fuente del hierro presente en la Tierra, incluido el contenido en la sangre humana. Pese a su importancia, el mecanismo exacto que provoca la explosión de estas estrellas sigue siendo un misterio sin resolver.
Una cuestión clave en la comprensión de las supernovas de Tipo Ia es su origen. Todas las teorías parten de una enana blanca en un sistema doble. Si la distancia entre ambas estrellas es lo suficientemente reducida, la enana blanca puede absorber el material de su compañera.
El modelo más aceptado establece que, una vez alcanzada la masa crítica, se produce una única explosión. Sin embargo, estudios recientes han apuntado a la posibilidad de que algunas supernovas respondan mejor a un modelo de doble detonación.
Las observaciones realizadas por el VLT refuerzan esta última hipótesis. Según los expertos, la enana blanca habría formado una envoltura de helio robada de su compañera. Esta capa, al volverse inestable, podría haber generado una primera explosión. La onda de choque producida en esta fase inicial se habría desplazado por la superficie estelar y luego hacia el núcleo, provocando una segunda y definitiva detonación.
Este hallazgo no solo proporciona evidencia concreta sobre el modelo de doble explosión, sino que también contribuye a explicar por qué las supernovas de Tipo Ia presentan una luminosidad tan regular, lo que las convierte en herramientas esenciales para la medición de distancias cósmicas. De hecho, gracias a esta propiedad, los astrónomos descubrieron que la expansión del universo se está acelerando, un avance que fue reconocido con el Premio Nobel de Física en 2011.
El ESO ha reiterado que estas supernovas son «fundamentales para comprender el universo», ya que, al comportarse de manera uniforme, su brillo constante en función de la distancia permite realizar mediciones extremadamente precisas a escalas galácticas.