
Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en la escena más emblemática de Titanic
Cine
La escena de 'Titanic' que puso en juego la supervivencia de la película
Si esta escena hubiera salido mal, la reconstrucción del decorado habría generado gastos adicionales abrumadores, desbordando el presupuesto y poniendo en riesgo todo el proyecto cinematográfico
¿Quién no ha visto Titanic? La película de 1997, dirigida por James Cameron, se ha ganado el título de clásico cinematográfico, con Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en papeles que nos hicieron llorar. Este épico romance no solo encantó a espectadores de muy distintos países, sino que dejó una marca tan profunda en el cine que ha pasado de generación en generación.
Con un presupuesto que se acercaba a los 200 millones de dólares, Titanic fue una de las producciones más caras de su tiempo. Pero, ¡menuda inversión! La película recaudó más de 2.200 millones de dólares en todo el mundo, rompiendo récords y convirtiéndose en la primera en superar la barrera de los mil millones. Además, arrasó en la ceremonia de los Oscars, llevándose 11 estatuillas, incluidas Mejor Película, Mejor Director y Mejor Banda Sonora Original. Este éxito la mantuvo como la película más taquillera hasta que Avatar, también dirigida por Cameron, la desbancó en 2009.
El propio Cameron, en una entrevista con Fotogramas, reveló los secretos detrás del colosal proyecto: «Titanic fue tan grande que ni siquiera nosotros supimos calcular su coste real. El presupuesto inicial incluía todo, desde un lado del barco y la parte superior, hasta los botes salvavidas, alfombras, sillas, porcelana y cada pequeño detalle que pudieras imaginar. No añadimos nada sobre la marcha, pero, créanme, nada costó lo que pensamos en un principio. La iluminación y las medidas de seguridad se llevaron casi todo el dinero».

Escena del hundimiento del Titanic, sin efectos especiales
Por otro lado, para la impactante secuencia del choque del Titanic contra el iceberg, se optó por inundar los interiores del barco auténticamente, lo que significó que el decorado se deterioraba a pasos agigantados.
Estas astutas decisiones y la meticulosa atención al detalle no solo aportaron un gran realismo a la película, sino que también ayudaron a cimentar a Titanic como un clásico eterno del cine, demostrando que a veces, el riesgo más grande puede llevar al mayor éxito.