Dicen que el escaso valor económico y estratégico de estas islas produjo a lo largo del tiempo el olvido del Gobierno español, quien nunca ha reclamado ni ocupado estas tierras en medio del océano. Tras la pérdida de las últimas colonias españolas en 1898, parece ser que estas islas remotas fueron olvidadas por todos, incluidos los españoles, pero jurídicamente pertenecen de alguna remota forma al Estado, puesto que este en ningún momento de la historia las vendió o las cedió en ningún tratado.
El Gobierno zanjó la cuestión
Güedes (hoy Mapia) está al norte de Nueva Guinea occidental en dirección a la isla de Palaos, al igual que Coroa o Arrecife; Acea o Matador y Pescadores están cerca de las Carolinas. Fue Emilio Pastor, funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, quien en 1948 llamó la atención sobre la particularidad de estas posesiones. El asunto se trató en Consejo de Ministros y se decidió no intervenir, después de que España hubiera cedido de facto y por tratado (el Hispano-Alemán, a pesar de que no se incluyeron estas islas) todas sus colonias en el Pacífico al Imperio Alemán.
Sello de la isla de Mapia, antiguamente conocida como Guedes
Ya en 2014 el Gobierno zanjó la cuestión de este puñado de islas: «Resultaría poco coherente que España hubiera querido ceder Las Carolinas, las Palaos y las Marianas, pero se hubiera reservado la soberanía sobre unos cuantos islotes de escaso valor económico sobre los cuales nunca había ejercido su soberanía de facto».
Algunas de las islas hoy están habitadas, lo que hace más difícil la realidad de la teoría fantástica de una Oceanía española. Las islas pertenecen a Micronesia, las Islas Marshall e Indonesia y algunas, como las islas Monteverde (y más territorios identificados por Pastor), donde incluso hablan su propio idioma. La supuesta Micronesia española o el resultado (en realidad lo es) de una explosión por la que han quedado pedacitos de «tierra española» (que ya no lo es desde hace más de un siglo) esparcidos y olvidados en medio del mar.