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17 de junio de 2024

En la tienda del Museo Kafka de Praga, República Checa, se venden recuerdos con retratos de Franz Kafka

En la tienda del Museo Kafka de Praga, República Checa, se venden recuerdos con retratos de Franz KafkaEFE

Praga muestra el lado más desconocido de Kafka con ocasión del centenario de su muerte

Este domingo clausura la Feria del libro Svět knihy Praha 2024, cuya edición está dedicada al centenario de la muerte del escritor en lengua alemana

Franz Kafka no fue un autor de mirada oscura y difícil, ni un profeta político que anticipa las calamidades del siglo XX o al menos Praga, la ciudad que le vio nacer, no quiere recordarle así en el centenario de su muerte.

Kafka fue en realidad un hombre de gran simpatía, que supo sobre todo escuchar, pero que tuvo que luchar contra los fantasmas de su niñez, algo que consiguió hallando un ángulo cómico en cualquier situación, tal y como ha explicado el escritor alemán Reiner Stach en su intervención en la feria de libro que clausura este domingo en la capital checa.

«De lo malo, saca un ángulo cómico»

Stach, una de las autoridades mundiales en los estudios sobre Franz Kafka, considera que en las dos últimas décadas hay un renacimiento del autor de origen judío y lo achaca a que es «divertido». Un lado oculto que muy pocas personas conocen. «Ahora (los jóvenes) se dan cuenta de que es divertido, de que escribe de manera auténtica, sin misericordia. Que sorprende continuamente, y que en él no se puede prever nada», asegura Stach en la Feria del libro Svět knihy Praha 2024, cuya edición está dedicada al centenario de la muerte del escritor en lengua alemana.

«En Kafka se encuentran lugares cómicos. Si hay algo malo, se encuentra un ángulo cómico. Esto lo quería él mismo», subraya Stach sobre el autor de obras como La Metamorfosis, El Proceso o El Castillo. En este sentido Stach, ha animado a los asistentes a «dejar las interpretaciones» y «disfrutar» de la lectura de Kafka para «someterse a esa especie de terapia existencial».

Por otro lado, el experto considera que en Kafka podemos encontrar una manera de afrontar las cosas malas: «Kafka nos anima a no dejarnos dominar por situaciones. Puede ser horrible, pero totalmente chistoso». Al tiempo que reconocía la empatía del escritor y su capacidad de dar consejos: «Era un campeón del monólogo, pero sabía dar consejos. Y entendía rápido las situaciones. Muchas jóvenes se entretenían con él, y él las entendía. Lo querían tener como consejero, tío o colega. Tenía fama de buen escuchador», afirmó Stach.

Un autor «para no enloquecer en un mundo como el de hoy»

La feria ha escogido como lema una frase del escritor en el que asegura que «un libro debe ser un hacha para el mar helado que hay en nosotros». Entre otras obras dedicas al autor, presenta una sección de cómics inspirada en los propios dibujos de Kafka, así como el libro Praga kafkiana, una obra de Radim Kopáč y Petr Stančík que muestra la íntima relación del escritor con la ciudad.

Además de la feria, estos días en Praga hay programadas obras de teatro de aire grotesco, una muestra en la galería de arte moderno DOX sobre el impacto de Kafka en los autores plásticos y una interesante muestra monográfica en el Museo de la Literatura.

Kafka, que ha sido traducido a 120 lenguas, «se da cuenta de que las cosas son importantes, pero que no se deben tomar tan en serio», comenta Stach esa faceta del escritor, que resulta muy relevante en nuestros días.

En un contexto de desorientación por la complejidad de todo lo que nos rodea, algo que los jóvenes perciben especialmente, emerge la figura de Kafka y de ahí su creciente popularidad entre las nuevas generaciones, explica. Kafka demuestra que «puede ser un autor moderno, para no enloquecer en un mundo como el de hoy», apostilla Stach.

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