Fundado en 1910
Palacio Buen Retiro

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Así era el Palacio del Buen Retiro, el refugio de Felipe IV antes del Alzamiento del 2 de mayo

El esplendor olvidado del Palacio del Buen Retiro, arte poder y tragedia en el Madrid de los Austrias

Antes de convertirse en parque y lugar de paseo para madrileños y turistas, el actual Retiro fue el escenario de uno de los palacios más lujosos del Madrid de los Austrias. El Palacio del Buen Retiro, mandado construir por el rey Felipe IV en la década de 1630, fue durante años un símbolo del poder real y un escaparate del arte y la cultura del Siglo de Oro. Más de siglo y medio después de su construcción, su esplendor acabaría reducido a ruinas tras la ocupación francesa y los combates del Alzamiento del 2 de mayo de 1808.

Este palacio originalmente no estaba pensado como residencia oficial ni sede del gobierno, sino como un lugar de descanso para el monarca. Situado entonces a las afueras de la ciudad, en lo que hoy conocemos como el Parque del Retiro, el complejo estaba diseñado para ofrecer al rey un refugio donde distraerse de las obligaciones del poder, rodeado de jardines, arte y espectáculos. Felipe IV, gran aficionado a las artes aprovechó e hizo de este lugar un auténtico museo de su tiempo.

Salon de Reinos

Salón de ReinosWikipedia

La parte más representativa del palacio fue el Salón de Reinos, donde se desarrolló un elaborado programa decorativo para glorificar la figura del rey. Allí se exhibían obras de grandes artistas como Velázquez o Zurbarán, junto a retratos y alegorías que celebraban las victorias del monarca y su papel como defensor del imperio. También formaban parte del complejo la Plaza Grande, el Estanque, el Salón de Baile y el Coliseo, espacios dedicados a festejos y espectáculos que hacían del Retiro un centro de ocio cortesano.

El interior estaba decorado abundantemente con tapices, muebles de lujo, colgaduras de seda, chimeneas y elementos ornamentales en oro y plata. Sin embargo, a pesar de su riqueza artística, la construcción se realizó con materiales más sencillos, como ladrillo y madera, lo que facilitó su deterioro con el paso del tiempo.

Ya en el siglo XVII, el palacio mostraba algunos signos de abandono y desgaste, pero fue la ocupación francesa la que causó su destrucción definitiva. Sin embargo, en 1808, el ejército de Napoleón convirtió el Retiro en una fortaleza militar. Los edificios empezaron a transformarse en almacenes y campamentos militares, y muchas obras fueron saqueadas o perdidas. Tras el Alzamiento del 2 de mayo y los años de guerra, el palacio quedó gravemente dañado y deteriorado.

Hoy solo sobreviven dos testigos de aquella época: el Casón del Buen Retiro, que alberga parte de la biblioteca del Museo del Prado, y el Salón de Reinos, actualmente en proceso de rehabilitación. En los caminos y jardines del parque, siguen existiendo las huellas de un palacio que, durante años, fue un símbolo de la cultura de la monarquía española.

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