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16 de abril de 2024

Bartolomé Blanco y la influencia de Ángel Herrera Oria

Núñez Moreno firma esta nueva biografía del dirigente católico y beato Bartolomé Blanco. El cardenal Ángel Herrera Oria tuvo una influencia decisiva en su vida.

Morir al alba. Bartolomé Blanco

Editorial San Pablo / 237 págs.

Morir al alba. Bartolomé Blanco

José Miguel Núñez Moreno

El autor, José Miguel Núñez Moreno, añade una obra más a su larga lista de publicaciones que comenzó en 1995 con Seguidores del Resucitado. Teología para jóvenes hasta la reciente novela Altiva Emérita. La conjura (2020), finalista del VII Premio Nacional Hispania de novela histórica. Es una constante en todas sus páginas el reflejo de su rica experiencia educativa de casi treinta años.
En esta nueva biografía de Bartolomé Blanco, el autor, con su directa y fresca narrativa, nos permite acompañar al joven desde Pozoblanco (Córdoba), donde nació, a Bélgica y Holanda, pasando por Madrid, hasta sus últimos días en Jaén, recorriendo su breve e intensa vida. Bartolomé se forma, en su niñez, al calor de los Salesianos, como Cooperador, y se vincula a la dirección local de Acción Católica, donde descubre su compromiso católico, social y político.
Núñez nos desvela un punto de inflexión en la vida de Bartolomé, a los 19 años de edad. En la entrevista, en Madrid, con Ángel Herrera Oria, de 47 años de edad, presidente de la Acción Católica y de la Asociación Nacional de Jóvenes Propagandistas: «Durante la entrevista, don Angel percibió enseguida que aquel muchacho obrero, andaluz y de pueblo, tenía madera». Le ofreció un puesto en el Instituto Social Obrero (ISO) y una beca para un curso de formación de líderes obreros, de seis meses de duración, en régimen de internado. Ni siquiera su edad, cuando se requerían 22 para ingresar en el ISO, fue un obstáculo para una oportunidad única. Herrera Oria no lo dudó.
Tras su periodo de formación, vuelve a su trabajo, como obrero sillero, en su pueblo natal. Funda ocho sindicatos católicos en la provincia de Córdoba. Es nombrado secretario provincial de los sindicatos católicos. Viaja al corazón de Europa y vuelve asombrado de la eficacia en la organización de la Juventud Obrera Católica y sus obras.
En el año 1936, con sólo 21 años, su vida se trunca prematuramente. Muere fusilado en Jaén, en la madrugada del 2 de octubre. Pide ir descalzo y con la mirada descubierta, de frente, abre los brazos en cruz y grita «¡Viva Cristo!». Antes había escrito a su familia y a su novia, Maruja: «... No culpes a nadie de mi muerte; perdona en nombre de Dios como Él perdonó y yo también perdono... Hasta la eternidad».
Bartolomé Blanco fue beatificado en 2007 por el Papa Benedicto XVI.
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