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02 de mayo de 2024

Ian McEwan, en una imagen de 2017

Ian McEwan, en una imagen de 2017EFE

'Lecciones', de Ian McEwan: la sombra que proyectan las vidas imperfectas

El libro nació con la intención de convertir en ficción la propia vida, por lo que la obra puede funcionar como unas memorias, aunque no lo sea en sentido estricto

Ian McEwan (Reino Unido, 1948) forma parte de la generación de escritores británicos (Julian Barnes, Kazuo Ishiguro, Martin Amis), que su editor en España, Jorge Herralde, ha denominado como british dream team. Lecciones, la novela que escribió durante el aislamiento forzado que supuso el confinamiento, nos llega gracias a la traducción al castellano de Eduardo Iriarte para Anagrama, la gran difusora de su obra literaria en nuestro país, pues ha publicado el libro de relatos Primer amor, últimos ritos (1989) y la mayoría de sus novelas, como El placer del viajero (1982), Niños en el tiempo (1989), El inocente (1991), Los perros negros (1993), Amor perdurable (1998), Ámsterdam (1999), Entre las sábanas (2000), Expiación (2002), Sábado (2005), En las nubes (2007), Solar (2011), Chesil Beach (2012), Operación dulce (2013), La ley del menor (2015), Cáscara de nuez (2017) y Máquinas como yo (2019). Esta novela, que es la más extensa del escritor, llega tres años después de La cucaracha (2020), la paródica fábula kafkiana sobre el Brexit, aunque en esta ocasión son otros los acontecimientos históricos que nutren la ficcionalidad de la trama.
Portada de 'Lecciones' de Ian McEwan

ANAGRAMA. 584 PÁGINAS

Lecciones

Ian McEwan

Lecciones arranca en 1986 con la vida de Roland Baines, un hombre corriente, de treinta siete años de edad, que cuida de su hijo recién nacido Lawrence, tras la repentina desaparición e inesperado abandono de su esposa Alissa Eberhardt, quien decide continuar sin trabas su carrera literaria; decepcionado y amargado, este poeta fracasado y apático, que vive en los márgenes (escribe algo de periodismo, juega al tenis y toca el piano en el salón de un hotel), recorre los hitos familiares y afectivos que vertebran su existencia, mientras procura recomponer los retazos quebrados de la misma para recobrar el sentido tras una vida que ha contemplado y experimentado todos los excesos (alcohol, sexo, drogas…). Prolija en largas digresiones en torno a los secretos familiares, Lecciones mantiene el ritmo narrativo lento y moroso, propicio en la labor de reconstrucción de las lecciones no aprendidas tanto en el entorno mundial como en la esfera personal que se tambalea desde que en 1962, siendo un muchacho de 14 años que estudia en un internado inglés en Suffolk, recibió unas clases de piano de la señorita Miriam Cornell que lo esclavizó sexualmente. Los comportamientos de estas dos mujeres que han formado parte de su vida la quiebran en unos momentos cruciales y contribuyen también a la configuración de su manera de ver el mundo y de reaccionar ante los acontecimientos, de retraerse con un comportamiento propio de quien es preso de su impotencia y no se ve impulsado a acometer nada.
Según ha afirmado el autor en alguna entrevista, Lecciones nació con la intención de convertir en ficción la propia vida, por lo que la obra puede funcionar como un libro de memorias, aunque no lo sea en sentido estricto. Puede no pasar desapercibida al lector la reminiscencia de algunos acontecimientos biográficos (como el destino de su padre como oficial del ejército a Libia y el traslado de las mujeres y niños a unas bases militares en 1956 debido a la crisis que estalló en el canal de Suez), que han sido vitales en la génesis de esta novela; fue en el momento de escribirla cuando se percató de que este acontecimiento internacional, que provocó que todos los hijos de militares vivieran lejos de sus familias (su madre estaba en Inglaterra), le empujó a ser escritor.
La novela no sigue un orden cronológico sino el flujo de la conciencia y los movimientos de la memoria del protagonista que, como si de un instrumento caleidoscópico se tratara, pone en primer plano la narración de algunos acontecimientos ya vividos en la infancia o en la juventud y oculta otros. A través de las insatisfacciones y de los momentos oscuros de la vida de Roland, McEwan aborda temas de naturaleza diversa, como la superposición de la crisis personales e internacionales y la interdependencia entre el optimismo y/o pesimismo personal con los hechos históricos que actúan como estribillo de la vida; la interacción entre las obsesiones y el deseo como elemento sensorial de la vida adulta y como elemento disruptivo de la vida familiar; la fuerza del azar y de la casualidad en la conformación de la identidad y de las decisiones; el juego entre el tiempo y la memoria; el combate entre la maternidad y la paternidad, o entre la identidad familiar y las ambiciones profesionales; la fuerza de la imaginación y el valor de la libertad de expresión, entre otros.
Ian McEwan, bajo la influencia de Kafka, es un escritor que está más interesado en la ficción que en la autobiografía y, por lo tanto, en la transformación imaginativa de la cotidianeidad. Con el convencimiento de que la historia colectiva y personal se retroalimentan, nutre la trama ficcional de las pequeñas cosas que conforman la vida personal y de los acontecimientos históricos que han formado parte de la misma, como el desembarco norteamericano en la Bahía de Cochinos de 1961 y la posterior crisis de los misiles de 1962 en una Cuba que permanecía bajo el régimen comunista de Fidel Castro; el desastre nuclear de Chernobyl de 1986; la caída del muro de Berlín en 1989 y el proceso de reunificación europea; el legado económico de Margaret Thatcher y el cambio climático; el ataque terrorista de 11 de septiembre y el escándalo financiero Enron en 2001; la pandemia del Covid-19 y el asalto al Capitolio de los Estados Unidos de 2021, entre otros. Desfilan, asimismo, entre las páginas de Lecciones, quienes los protagonizaron desde Hitler, Gamal Abdel Nasser, Kennedy y Khrushchev, Bill Clinton, Tony Blair y Nigel Farage, John Major, Karl Rove, Gordon Brown, entre otros.
Lecciones actúa como una maquinaria de largos tentáculos con la que se adentra en la relación que existe entre la vida privada y la sociedad y con la que muestra la amplia sombra que proyectan algunos acontecimientos a nivel íntimo. Paradójicamente con el paratexto principal Ian McEwan ha deseado mostrar que la única lección posible que él puede dar es su escritura. Lecciones es casi una novela total sobre unas vidas vividas de manera imperfecta, con la que el lector puede adentrarse en el alma de este escritor de culto, interesado por la relación entre escritura e historia o entre realidad e imaginación, por la ambigüedad y por los dilemas morales y por la complejidad de las relaciones humanas.
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