Neymar durante el partido de vuelta de Liga de Campeones contra el Real Madrid
El PSG, harto de Neymar: gana el doble que Mbappé y llega «casi borracho» a los entrenamientos
Según un periodista de RMC Sports, el brasileño está haciendo mucho daño al club parisino, «que ya no es un club»
Dicen que durante su etapa en el Barcelona, Juan Carlos Unzúe, entonces segundo entrenador, le dijo a Neymar: «Si sigues así vas a acabar como Ronaldinho». Quizá todavía no sea tarde para que eso suceda. En París el hartazgo con la dirección del equipo y los jugadores va en aumento. Un hartazgo que se mantenía latente a la espera de la eliminatoria contra el Real Madrid que, tras el primer asalto, decantaba el triunfo para los del Parque de los Príncipes.
«Derrota total»
Tumbados en esa pelea, todo el malestar interno, toda la desaprobación íntima del carácter del equipo, explotó. Pero lejos de que la explosión liberara y dispersara los males, se ha descubierto que la desazón del aficionado parisino fluye sin parar. En Pozos de Ambición, la película sobre el petróleo de Paul Thomas Anderson, Daniel Plainview, el protagonista, va por el campo con su hijo en busca de indicios de oro negro. El niño tropieza y al levantarse descubre que su bota está manchada, precisamente de negro.
Tenemos que firmar su cheque y dejarlo ir. Está haciendo mucho daño al club
El petróleo de los pozos árabes fluye sin cesar, pero al mismo ritmo, o superior, que el hartazgo de la afición francesa. Neymar es el señalado número uno. «Llega a los entrenamientos al límite de estar borracho», ha dicho el periodista Daniel Riolo, de RMC Sports. El pilar sobre el que se edificó la última y presente etapa del PSG de Al Khelaifi que podría estar tocando a su fin con el empuje añadido de una grada y de unos medios que empiezan a describir casi con todo lujo de detalles, sin reparos, todas las filtraciones que antes solo latían, como si no se vieran, a la espera de una Liga de Campeones que parecía más posible y más urgente que nunca.
Riolo se ha explayado en el programa de televisión After Foot: «A los seguidores del PSG les importan una mierda las payasadas de Neymar ni su documental de Netflix. Tenemos que firmar su cheque y dejarlo ir. Está haciendo mucho daño al club. Que se vaya, está arruinando al PSG. El PSG ya no es un club. El entrenador ya no existe, el presidente no ha dicho ni una palabra. Nada. Ni Leonardo, ni Nasser Al-Khelaifi. Nada. Una derrota total».
Cuatro millones mensuales
La Liga francesa se da por hecho como algo consustancial al desembolso sin límites. La liga francesa no le importa a ningún seguidor parisino más allá de que no se consiga. Según L'Equipe, Neymar gana más de cuatro millones mensuales que le paga el equipo. 700.000 euros más al mes que Messi. Casi 2 millones cada 30 días más que Mbappé y, por no extendernos en la lista que se añade al completo a continuación, camino de 2 millones y medio más, al mes, que Sergio Ramos.
Lista de salarios mensuales de los jugadores del PSG
Con esas cifras y las últimas informaciones, el desmoronamiento definitivo, ya comenzado hace mucho tiempo, parece inevitable. En la última derrota, precisamente en esa liga que no se puede escapar, frente al Mónaco por 3 a 0, el diario L'Equipe escribió el fin de semana sobre el brasileño que fue «autor de una actuación tan pobre en implicación como en contenido», y destacó que «para un jugador de su perfil y clase, lo más problemático es ya no marcar diferencias, no arrojar luz sobre el juego, no crear peligro: en definitiva ya no aportar mucho».
Lo más problemático es ya no marcar diferencias, no arrojar luz sobre el juego, no crear peligro: en definitiva ya no aportar mucho
No se sabe si tiene relación su desempeño y estas sensaciones de la prensa francesa con las más directas acusaciones de llegar «al límite de estar borracho» a los entrenamientos. Quién sabe si Unzúe tenía razón, pero el señalamiento, y no es el primero, de Neymar por los aficionados, la ciudad en que vive y por los medios lanzados en su contra parecen los últimos. El pilar sobre el que se edificó un proyecto que, si cae, será lo más parecido a una demolición bajo la que podría quedar sepultada toda esa lista de millones que se incluía dos párrafos más atrás.
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