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26 de abril de 2024

El cabreo de Fernando Hierro, capitán de España en 2002, con Al-Ghandour

El cabreo de Fernando Hierro, capitán de España en 2002, con Al-GhandourEFE

Fútbol

El antes y el después de Al-Ghandour, el árbitro que 'robó' la gloria a España

Se cumplen 20 años del partido Corea-España del Mundial 2002, aquel en el que un colegiado egipcio pasó a la historia por el daño que hizo a la Selección

Han pasado 20 años. La mañana del 22 de junio de 2002 sigue siendo difícil de olvidar para quienes la vivieron. España amaneció aquel sábado con la mayor ilusión en muchísimos años en un Mundial de fútbol y acabó con el mayor cabreo que recuerdan los aficionados a este deporte. Se cumplen 20 años del Corea-España de cuartos del Mundial de fútbol, aquel en el que un árbitro egipcio de nombre Gamal y de apellido Al-Ghandour nos 'robó' la mayor de las esperanzas.
El gol anulado a Rubén Baraja por una falta inexistente de Iván Helguera, el sangrante también gol anulado a Morientes al inventarse que en el centro de Joaquín había salido el balón (era gol de oro ya en la prórroga), los tres inexistentes fueras de juego pitados a Joaquín, Morientes y Mendieta que se quedaban solos ante el portero... Duele recordar todo aquello.
Han pasado 20 años, España ya tiene un Mundial, pero aquel de Corea y Japón fue el torneo en el que nos vimos más cerca de la gloria y en el que nos la quitaron de la forma más cruel. Tenía la Selección una buena plantilla, había construido una identidad y todo el país empujaba a su equipo. En el banquillo estaba un apasionado José Antonio Camacho, cuya imagen sudada y cabreado pasó a la historia. Pero llegó Al-Ghandour y nos mandó en cuartos para casa, como antes Byron Moreno (árbitro ecuatoriano) lo hizo con Italia para que Corea del Sur llegara a los cuartos del Mundial.

¿De dónde salió Al-Ghandour?

Pocos saben (o recuerdan) que aquella mañana infausta en España (el partido comenzó aquí a las 08:30 horas) no era la primera vez que Al-Ghandour arbitraba un partido de la Selección. Por supuesto fue la última. El egipcio había dirigido dos encuentros antes, uno en aquel Mundial ante Eslovenia en la primera fase y el primero dos años antes en la Eurocopa del año 2000 ante Noruega. Y es que Al-Ghandour se convirtió en aquel torneo en el primer árbitro (y único hasta 2021) no europeo en pitar en una Eurocopa. Estaba muy bien valorado por la UEFA y por la FIFA, había estado también en el Mundial de Francia 1998 y era un fijo en los torneos internacionales. Hasta que se inventó aquel arbitraje del que dice aún 20 años después sentirse orgulloso.
Iván Helguera fue uno de los futbolistas que más cabreados estaban aquél día.

Iván Helguera fue uno de los futbolistas que más molestos estaban aquel día.EFE

Al-Ghandour fue en aquellos años el hombre más buscado de España y probablemente habría sido imposible que hubiera caminado con tranquilidad por nuestro país. Era el enemigo número 1 y su cara apareció en todos los medios de comunicación prácticamente cada día. Y su 'memoria' duró muchos años porque aquella España sí tenía opciones reales de llegar a la final de ese Mundial y la herida solo se curó ganando el título en 2010.

Defensa férrea de su arbitraje

Con el paso de los años la aparición de Al-Ghandour en algunos medios ha sido recurrente y su recuerdo ha quedado ya como el de alguien que dio a los seguidores al fútbol una muy mala mañana, sin que ya se le identifique con el odio que hace 20 años sí creó.
Él, con el paso de los años, se ha dedicado a defender su arbitraje y a estar inmerso en diferentes cometidos en el fútbol egipcio, donde llegó a ser su máxima figura en los últimos años del siglo XX. Comisionado arbitral, comentarista televisivo, tuvo un pequeño paso por los Emiratos Árabes y siguió con su labor en la FIFA para potenciar el fútbol base. Dejó el arbitraje (después del partido de Corea pasó a la irrelevancia internacional) y tal y como le encontró El Mundo hace unos años vivía muy bien en una exclusiva urbanización de El Cairo.

Han pasado 20 años, España ya tiene un Mundial, pero aquel de Corea y Japón fue el torneo en el que nos vimos más cerca de la gloria

Padre de cinco hijos, Al-Ghandour se creó su relato y se vanaglorió de su arbitraje. Siempre echa la culpa a sus dos linieres, a los que nadie recuerda pero que también tienen mucha culpa: Ali Tomusange, de Trinidad y Tobago, y Michael Ragoonath, de Uganda. La mezcla de un árbitro egipcio con asistentes de países tan pobres futbolísticamente hablando como estos dos ya levantó sospechas. El esperpento fue total y aquello sirvió de algo: la FIFA cambió las normas y desde entonces el equipo arbitral al completo es de la misma nacionalidad.
Ni un solo futbolero que viviera aquello podrá olvidarlo. Fue una de las páginas más tristes de nuestra historia. Fue una pesadilla que afortunadamente con el paso de los años se recuerda de forma más desenfadada. En aquel momento fue todo lo contrario.
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