Los jugadores del Real Madrid en el partido ante el Celta
El plan para la conquista de Montjuic: 4-4-2, la batuta de Güler, el motor de Valverde y un ritmo infernal
Ancelotti se plantea repetir el equipo que ganó al Celta y aplicar la presión alta para hacer sufrir al Barcelona
Mbappé, Valverde, Güler y Bellingham alimentan la fe del Real Madrid para dar un golpe de Estado a la Liga
Los jugadores de Carlo Ancelotti le han dicho a su presidente, Florentino Pérez, que van a darlo a todo en el clásico para revolucionar el campeonato y ganarlo. Se repiten escenas de 'la Liga del clavo ardiendo' celebrada hace dieciocho años, con el calvario actual de una plantilla repleta de bajas y toda la defensa en la enfermería.
Los sentimientos y la moral son los mismos de aquel Real Madrid de Raúl y Van Nistelrooy que ganó el título cuando nadie lo esperaba, llevando a cabo una remontada de puntos espectacular, mientras Tamudo hacía su labor frente al Barcelona en un matrimonio a distancia de éxito coral. Ahora se repiten en Valdebebas los tics de aquel ambiente. Capello ha sido sustituido por Ancelotti, Mbappé toma el liderazgo de Raúl y todos llaman a la heroica. «Nadie cree en nosotros, pues hagamos que crean», dice la cocina blanca, calentando fogones.
El entrenador italiano tiene que conquistar el castillo de Montjuic para apuntarse la trigésimo séptima Liga del Real Madrid y lo intentará repitiendo el sistema 4-4-2 que remontó al Barcelona en la segunda mitad de la final de Copa, ese esquema de cuatro centrocampistas y Güler al mando que venció al Celta tras una hora a de fútbol brillante que dio paso a una peligrosa relajación y el 3-2 final.
En Barcelona no habrá la relajación criticada a nivel interno por Valverde, sino todo lo contrario, veremos una entrega sin fin de los pupilos de 'Carletto'. No hay duda. Se agarrarán a un clavo ardiendo para intentar el triunfo. Todos quemarán sus naves en noventa minutos de órdago a lo grande.
El entrenador del Real Madrid prepara el clásico como si fuera una final, porque realmente lo es. Se plantea repetir la estrategia de dos delanteros, Mbappé y Vinicius, que serán la punta de un iceberg sustentado por ocho hombres situados en dos líneas que harán presión alta para no dejar sacar el balón jugador del Barcelona. Los hechos demostraron en la Copa que el conjunto de Flick sufrió sobremanera cuando los blancos les mordieron arriba. Es una táctica que exige una entrega física absoluta. Los pupilos de Ancelotti le han dicho al técnico y al presidente del club que jugarán en Barcelona como si fuera el último partido de sus carreras.
Valverde como motor
El Barcelona ha dado muestras de cansancio en los dos últimos meses y el Real Madrid demostró estar físicamente mejor que los azulgranas en La Cartuja. La idea de 'Carlo' es imponer un alto ritmo en el clásico, con el fin de exprimir a un rival que acumula el desgaste físico de San Siro. Federico Valverde será el pivote del 4-4-2 y el hombre que aportará la sexta marcha para inyectar más revoluciones al encuentro, apoyado por la potencia incombustible de Fran García, Ceballos, Bellingham y Lucas Vázquez, un trabajo de robo de balón que deberá ser rematado después por la velocidad y la calidad de Mbappé y Vinicius.
La estrategia de recuperación de balón y creación del ataque tendrá a Arda Güler como director. Se lo ha ganado. El turco ofrece la mejor exhibición de su clase, dirigiendo el fútbol del equipo con su toque preciso, con visión de juego y un talento único para encontrar pases en diagonal e indicar movimientos a los puntas.
Arda Güler en el Real Madrid - Celta del pasado domingo
La premisa del conjunto blanco será no dejar jugar al Barcelona, no darle un respiro. Para ello deberán 'morder' los cuatro mediocampistas y los cuatro defensas, con ayudas de los dos atacantes si las circunstancias lo exigen. Pero la misión fundamental de Vinicius y Mbappé será buscar el gol.
El proyecto, puesto en liza por Ancelotti en el último clásico, es que si presionas arriba, los dos delanteros pueden dedicarse a generar ocasiones de gol. El adelantamiento de todas las líneas quita trabajo defensivo, aunque supone un esfuerzo extraordinario porque la misión es evitar que el Barcelona arme la salida de balón y el ataque. En este esquema, la entrega para frenar al rival y la precisión en los pases del contragolpe son aspectos clave para hablar después de victoria, empate o derrota.
Ancelotti lo ha dicho: cambiar el relato
En el Real Madrid escuchan con estupor un relato externo antimadridista que cae en la exageración hasta alcanzar la mentira más estúpida. La última barbaridad que han oído es que el Barcelona significa el futuro y que el Real Madrid es un equipo antiguo que debe remozarse entero. En la casa blanca están acostumbrados a leer la literatura falsa del barcelonismo mediático, pero ésta ya roza es surrealismo.
La planificación del club blanco ha renovado la plantilla cada año, ganando Champions y Ligas, de manera que ahora mismo cuenta con esta pléyade de jóvenes: Endrick, Güler, Brahim, Asencio, Fran García, Vinicius, Rodrygo, Bellingham y Lunin. A ellos se suman Mbappé y Valverde, que tienen 26 años, y Ceballos con 28. En la recámara están las opciones de recuperar por ocho millones a los jóvenes Nico Paz y Miguel Gutiérrez. Con esta exposición de futbolistas en la plenitud de su trayectoria profesional, las opiniones sesgadas hacen el ridículo. Y lo que desea Ancelotti es cambiar ese relato.
El italiano lo ha expresado con objetividad: si el Real Madrid gana la Liga, la valoración de la temporada cambiará diametralmente. Lo que antes parecía una decepción se convertiría en una buena campaña. La batalla de Montjuic es el campamento base para cambiar la percepción y silenciar muchas bocas. El entrenador y sus pupilos tienen muchas ganas de callar a los bocazas.
Hay que acertar en el último pase
La final de Copa dejó claro en el Real Madrid que no hay complejo ante el Barcelona. Todo lo contrario. Vieron que podían ganarle y les dolió mucho que estuvieron a punto de hacerlo y no supieron rematarlo por imprecisión en el último pase de varias jugadas del segundo tiempo que pudieron aumentar la ventaja madridista. Solo Vinicius creó tres incursiones para el tercer tanto del Real Madrid en la Copa que no encontraron rematador. Hubo otras dos jugadas similares en las que no hubo entendimiento en el pase que debía ser letal. Es lo que el entrenador les exige ahora.
El italiano ha explicado al grupo que muchos partidos y muchos puntos se escaparon por la imprecisión en el pase final. Sucedió ante el propio Barcelona en la Liga, frente al Atlético, ante el Valencia y en otros encuentros. El jefe del plantel ha subrayado que el equipo ha hecho excelentes jugadas de ataque a lo largo de la temporada que no obtuvieron premio por esa falta de concreción en el último centro o por la falta de coordinación con el desmarque del delantero. Vinicius y Mbappé realizan esas acciones a mucha velocidad y la concisión es clave para alcanzar el gol.
Mbappé celebra su segundo gol ante el Celta junto a Vinicius
El responsable deportivo del Real Madrid les pide a todos que tengan esa precisión que les puede dar un título. Les ha advertido que no caigan en la ansiedad y la precipitación en el toque del balón decisivo, porque son tan enemigas como el rival. La calidad de Güler está llamada a filas en este capítulo tan importante. Está tocado por la varita mágica y toca sacarla en Barcelona.
El Real Madrid se encuentra centrado y concentrado mentalmente en la final del domingo. Saben que una victoria les devolverá la gloria que define su historia y que han vivido y reeditado periódicamente hasta hace un año, con la Champions y la Liga. El técnico ha destacado que tienen toda la semana para preparar muy bien la batalla e intentar un triunfo que, de lograrlo, pondrá en jaque el campeonato. Hay un ambiente de confianza que se trasluce en Valdebebas. Allí, la cocina blanca, como el clavo, está ardiendo.