Pedri se lamenta tras perder ante el Sevilla por 4-1
El Barça activa el gabinete de crisis: dos derrotas seguidas, plaga de lesiones y buscando culpables fuera
El cansancio acumulado tras haber jugado siete partidos en 21 días, la escasez de rotaciones y el bajón de rendimiento de sus estrellas han hecho que el conjunto azulgrana esté en crisis en octubre
El Barça cambia de estrategia y ahora podría quedarse en Montjuic hasta finales de año
El Barça ha activado el gabinete de crisis. Esta afirmación puede parecer agresiva y contundente teniendo en cuenta que el conjunto azulgrana es uno de los grandes del fútbol español y europeo, pero es la realidad.
La derrota en Champions ante el PSG le dolió (y mucho) a la parroquia barcelonista. No se esperaban caer ante el equipo de Luis Enrique y mucho menos en Montjuic, pero sobre el césped del Lluís Companys se comprobó que algo pasa en el Barça. Salvo un tramo de 20 minutos, el PSG dominó el partido y exhibió una superioridad física que el equipo de Flick no pudo contener. ¿Resultado final? Derrota por 1-2.
Pero lo que no se imaginaba el equipo que preside Joan Laporta es que tan solo unos días después iba a volver a caer contundentemente ante el Sevilla, un rival que había ganado al Barça por última vez en 2015 y que está pasando por una crisis institucional sin precedentes.
Si la derrota ante el PSG fue dolorosa, la encajada en el Pizjuán lo fue aún más. Porque irse de la ciudad hispalense con un 4-1 en contra (que pudieron ser más, todo hay que decirlo) no es para estar satisfecho. Y lo visto ante el equipo de Matías Almeyda da para reflexión.
Son muchos los motivos que explican este bajón del Barça. El primero está relacionado con las lesiones. En estos momentos, el equipo de Flick tiene a seis futbolistas en la enfermería y la mayoría de ellos son imprescindibles para el técnico alemán. Estamos hablando de Lamine Yamal, Joan García, Raphinha, Ter Stegen, Gavi y Fermín López.
El Barça les ha echado mucho de menos y a Flick no le ha quedado otra opción que repetir alineaciones al no tener suficientes alternativas en el banquillo. Y este es el segundo motivo: la falta de descanso y las pocas rotaciones que ha hecho el líder del banquillo.
En un calendario de partidos tan sobrecargado (el Barça ha jugado siete duelos en 21 días), el dar descanso se antoja como algo fundamental y este exceso de encuentros ha hecho que jugadores como Dani Olmo, Robert Lewandowski o Araujo, por citar tres ejemplos, hayan bajado el nivel. Por no hablar de que futbolistas como Pedri o De Jong también se merecen descansar de vez en cuando.
Sobre eso habló, precisamente, el centrocampista neerlandés al término del encuentro frente al Sevilla. «Creo que en parte es la acumulación de fatiga. Es lo que es. Hemos jugado siete partidos en 21 días, pero a veces perseguir el balón te cansa más que otra cosa».
Los jugadores están fatigados. Y lejos de reconocer sus propios errores (que son muchos), el Barça ha tratado de buscar culpables fuera y le ha echado toda la culpa a la Federación española por la mala gestión que hizo con Lamine Yamal, el gran líder del equipo culé a pesar de tener tan solo 18 años.
La leyenda negra que persigue a Flick
Esta mala racha del Barça ha cogido a todos por sorpresa. Nadie se imaginaba ver al conjunto culé tan debilitado y perdiendo dos partidos seguidos. Pero hay una razón de peso que explica este gabinete de crisis.
Desde que es entrenador en la élite, a Hansi Flick siempre se le han atascado las segundas temporadas. El primer caso tuvo lugar en la 1996-97, cuando debutó como técnico del Victoria Bammental de la quinta división alemana con apenas 31 años. En el año del debut salvó al equipo de la quema acabando undécimo, pero en su segunda temporada el conjunto descendió a sexta división.
Hansi Flick da órdenes al Barça en el Pizjuán
Lo mismo le pasó en el 2000 como técnico del Hoffenheim. Ese año logró el ascenso a la tercera división alemana como primer clasificado. Sin embargo, las cosas no fueron tan bien la temporada siguiente y acabó decimotercero, un resultado, sin duda alguna, discreto. Más tarde vendrían dos quintos puestos y un séptimo en las siguientes tres temporadas.
En el Bayern de Múnich experimentó la misma sensación. Tras varios años a la sombra de Joachim Löw en la selección alemana, Flick cogió las riendas del gigante bávaro en la 19/20 y acabó esa temporada consiguiendo el famoso sextete, logrado gracias a la Bundesliga, Champions, DBF Pokal, Supercopa de Alemania, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes. Pero al año siguiente todo se torció y Flick sólo fue capaz de repetir éxito en liga.
Y esta temporada le podría suceder lo mismo en el Barça. En su primer año como técnico del conjunto azulgrana, Flick logró el triplete nacional (Liga, Supercopa de España y Copa del Rey) y se quedó en semifinales de la Champions.
Así las cosas, el alemán tiene la oportunidad de romper su propia leyenda negra en Can Barça. Todavía queda mucha temporada por delante y dos derrotas seguidas no quieren decir absolutamente nada, pero la amenaza está ahí y en el Barça temen que al técnico le vuelva a pasar lo mismo por cuarta vez en su carrera.