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05 de mayo de 2024

Rafa Nadal tan solo ha ganado una vez el Open de Australia. Fue en 2009

Rafa Nadal tan solo ha ganado una vez el Open de Australia. Fue en 2009EFE

Rafael Nadal, ante el más esquivo de sus Grand Slams

Las lesiones recurrentes del tenista español se han manifestado de forma especial en el Open de Australia, un torneo que sólo pudo ganar en 2009

Hace 12 años, en 2009, Rafael Nadal era el número uno del mundo indiscutible y comenzaba la nueva temporada en Australia después de haber ganado Roland Garros y Wimbledon el año anterior. Las blancas cintas protectoras de sus tendones rotulianos relucían bajo el sol y bajo los focos del asfixiante Melbourne Park.
Tras las cinco horas y catorce minutos que tardó en vencer a Fernando Verdasco en semifinales, en un partido para el recuerdo, su suerte parecía echada en la final con las rodillas maltrechas, el cansancio acumulado y una superficie que favorecía a su rival por antonomasia entonces, que venía encendido tras su reciente derrota en Londres, su feudo, el suizo Roger Federer.
Fue cuando su tío y entrenador, Toni Nadal, le dijo que quizás no volvería a presentarse la oportunidad de ganar allí. Luego de cuatro horas y veintitrés minutos, el español volvió a vencer al helvético para alzarse con su primer y único Abierto de Australia hasta hoy.
Aquella tarde Federer rompió a llorar desconsolado. La oportunidad a la que se refería Toni Nadal sí volvería a llegar varias veces, casi tantas como en el US Open (donde ha alzado cuatro trofeos en cinco finales), pero nunca más el mallorquín ha podido levantar la copa Norman Brookes. La historia de Nadal y el Open de Australia es casi de telenovela, un lugar donde los recurrentes problemas físicos del mallorquín han aparecido con mayor frecuencia.
En los inicios de su carrera, 2004 y 2005, disputó dos durísimos encuentros contra Lleyton Hewitt, saldados con sendas derrotas que además pusieron en peligro la carrera del incipiente tenista con la aparición de su lesión congénita en el pie, la misma que le ha mantenido parado en los últimos meses. No pudo volver a esas antípodas hasta 2007, donde de nuevo volvió a sufrir molestias, esta vez en el glúteo, que afectaron a su duelo de cuartos de final con el chileno Fernando González.
En 2008 alcanzó las semifinales en un paso adelante detenido por la sorpresa del torneo, un emergente Jo Wilfred Tsonga que fue derrotado en el último partido por Novak Djokovic. 2009 fue el año de su definitiva y única gran victoria en Melbourne. Un triunfo no exento de problemas físicos que tuvieron su consecuencia casi inmediata en el devenir del año y su primera e histórica derrota por sufrimiento y dolor en Roland Garros frente a Robin Soderling. Unas molestias que a pesar de los cuidados durante el resto del año volvieron a aparecer en la edición siguiente, obligándole a retirarse en cuartos ante Andy Murray.
Otra vez en cuartos y en 2011, una rotura fibrilar le obligó a ceder el paso a semis a David Ferrer. Ese 2011 fue el año de la eclosión de Djokovic, que venció a Nadal en todas las grandes finales disputadas desde entonces hasta fin de año, excepto en Roland Garros. En 2012 llegó la segunda gran oportunidad ante su reciente bestia negra. En el quinto set y tras más de cinco horas de partido, Nadal dominaba por cuatro a dos y treinta a cero cuando una derecha fácil a media pista atrapada en la red significó el inicio de la remontada del serbio, que volvió a ganar tras casi seis horas de final, en cuya entrega de premios ambos contendientes tuvieron que hacer esfuerzos para mantenerse en pie.

La historia de Nadal y el Open de Australia es casi de telenovela, un lugar donde los recurrentes problemas físicos del mallorquín han aparecido con mayor frecuencia

En 2013 fue la rodilla la que le impidió viajar a Australia. Llegó a la final de nuevo en 2014, favorito absoluto frente a un Stan Wawrinka que tuvo en el abdominal roto del balear su principal arma. 2015 y 2016 fueron los años de lo que parecía el declive del español hasta que 2017 supuso el resurgir que Federer, otro renacido, se encargó de parar en el último partido y en el último set, devolviéndole la derrota de 2009.
Un año después fue el psoas ilíaco el que le retiró de su enfrentamiento en cuartos frente a Marin Cilic, y en 2019 Djokovic, otra vez en la final, le privó del título en un partido sorprendentemente sencillo para el balcánico a pesar del fantástico estado de forma y de confianza con el que llegaban ambos rivales. El español jugó su peor partido de los siete y su rival el mejor. Thiem en 2020 y Tsitsipas en 2021, ambos en cuartos y tras remontar el griego dos sets en contra, han sido las dos últimas veces en que se le ha cerrado el paso al esquivo segundo Grand Slam de Rafael Nadal en Australia, el mismo lugar donde hace trece años su tío le dijo que quizá no volvería a presentarse la oportunidad de ganar. 
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