
Paula Badosa, en un partido de esta temporada
Paula Badosa no levanta cabeza por culpa de su lesión crónica en la espalda: ¿se acerca la retirada?
La tenista catalana no ha disputado ni un solo partido en la gira de tierra batida europea y llegará a Roland Garros con las dudas sobre si podrá continuar su carrera
Badosa se retira en Roma por lesión y queda en duda su presencia en Roland Garros
Paula Badosa es una de las figuras más destacadas del tenis español, pero su tiempo en el tenis profesional podría estar llegando a su fin. La tenista catalana sufre una lesión crónica en su espalda, específicamente una fractura por estrés en la vértebra L4 que arrastra desde 2023. Es una dolencia que tarde o temprano la obligará a pasar por quirófano y a dejar el tenis profesional, pero por el momento está tirando con infiltraciones para intentar alargar su carrera y cumplir su gran sueño: ganar un Grand Slam.
La lesión que tiene Badosa no la impide competir, pero sí le limita al máximo y en algunos momentos el dolor resulta insoportable y no puede jugar. En esta gira de tierra batida por Europa, que afrontaba con total ilusión, su lesión ha vuelto a manifestarse con fuerza, obligándola a retirarse del WTA 1000 de Madrid primero y este jueves del WTA 1000 de Roma justo antes de su debut contra Naomi Osaka. Esta dolencia lleva impidiéndola jugar más de un mes por lo que también se ha saltado los torneos de Charleston y Stuttgart. Es decir, este es el cuarto evento que se pierde.
Badosa no compite desde el 23 de marzo, cuando se retiró del Miami Open antes de su partido de octavos de final ante Alexandra Eala debido a los intensos dolores en la espalda. Aunque entrenó con cierta normalidad en Roma, finalmente optó por no jugar para no arriesgar su participación en Roland Garros, donde alcanzó los cuartos de final en 2021 y confía en poder llegar más lejos en esta edición, pues sus semifinales en el Open de Australia 2025 le dan ese plus de confianza. Sin embargo, llegará al major parisino sin haber disputado un solo partido en tierra batida esta temporada, una situación que complica sus aspiraciones en un torneo que exige el máximo rendimiento físico y técnico.
A pesar de estas dificultades, Badosa se mantiene en el top 10 del ranking WTA, aunque su inactividad prolongada hace prever una caída inminente en la clasificación. Su inicio de temporada fue prometedor, alcanzando las semifinales en el Open de Australia, pero la reaparición de su lesión ha truncado su progresión. El circuito femenino está muy igualado y un largo parón se puede pagar muy caro, pero Badosa ahora mismo no está para competir.
Badosa es consciente de lo que pasa
La tenista catalana ha sido franca sobre su situación. En una entrevista reciente con Eurosport, expresó con crudeza su sentir, pero admitió que no iba a parar hasta lograr su el gran objetivo de su carrera: «Sin un Grand Slam, mi carrera habrá sido una puta mierda». Estas palabras reflejan la presión que siente por alcanzar un título de Grand Slam, un objetivo que se le ha resistido hasta ahora y que considera esencial para dar sentido a su carrera. A sus 27 años, todavía tiene tiempo para lograrlo, pero ella misma admite que «no tendré una carrera larga».
Lo malo es que las lesiones no se lo ponen fácil y el tiempo pasa sin que se encuentre una solución. El calvario físico de Badosa ha sido largo y doloroso. Desde que sufrió la fractura en Roma en 2023, ha seguido un tratamiento intensivo que incluye magnetoterapia, infiltraciones y sesiones de fisioterapia de más de cuatro horas diarias. A pesar de los esfuerzos, los médicos le han advertido que continuar compitiendo al más alto nivel podría ser complicado, recomendándole incluso un parón de más de un año.
Badosa, sin embargo, ha mostrado una determinación inquebrantable. Ha consultado a especialistas en Suiza, Estados Unidos, Dubái y España, buscando soluciones para su dolencia. Su objetivo es claro: seguir compitiendo y lograr ese ansiado Grand Slam. «Me quedan mínimo cinco o seis años más, no quiero parar ahora», afirmó hace un tiempo, aunque en sus últimas entrevistas ha reconocido que, de conquistar un Grand Slam, valoraría la retirada inmediata.
La situación, no obstante, es delicada. La necesidad de infiltraciones constantes y el riesgo de agravar su lesión hacen que cada torneo sea una prueba de fuego. Su participación en Roland Garros está en duda, y su futuro en el circuito dependerá de cómo evolucione su estado físico en las próximas semanas. Paula Badosa se encuentra en una encrucijada. Su talento y determinación son indiscutibles, pero su cuerpo le está imponiendo límites difíciles de superar. Ella ama el tenis y quiere seguir hasta grabar su nombre en la historia, pero su físico cada vez le da menos respiros.