El murciano de 22 años ha conseguido sun quinto Grand Slam
La reacción de Alcaraz cuando se enteró de la derrota de España en los penaltis ante Portugal
El murciano, muy atento a lo que hacía la selección de Luis de La Fuente
El gran gesto de deportividad de Carlos Alcaraz en la final de Roland Garros
El día de ayer fue uno de esos para no despegarse del televisor. Carlos Alcaraz protagonizó una batalla memorable frente a Jannik Sinner, en un partido de más de cinco horas que lo tuvo todo: errores del murciano, momentos de sufrimiento, una remontada histórica y un punto final para el recuerdo.
Como si el destino lo hubiese planeado, pocos minutos después de que terminara el partido en París, comenzaba la final de la Nations League entre España y Portugal. El encuentro fue tan equilibrado como intenso. España logró ponerse por delante en dos ocasiones, pero los lusos respondieron con eficacia, llevando el marcador a un 2-2 que forzó la prórroga.
La igualdad se mantuvo hasta el final, y la definición llegó desde el punto de penalti. En la tanda, Unai Simón no tuvo su mejor noche bajo palos, y Álvaro Morata falló el cuarto penalti para España tras ser presionado por Diogo Costa. Ese error acabó decantando la balanza en favor de Portugal, que se proclamó campeona.
Reacción de Alcaraz
Carlos Alcaraz vivía un momento de alegría desbordante tras su histórica victoria ante Sinner. Levantó el trofeo con una sonrisa radiante y dedicó unas emotivas palabras a su rival y amigo, en una muestra de deportividad que fue aplaudida por todos. Todo parecía perfecto.
Sin embargo, mientras el murciano celebraba su triunfo en Roland Garros, la selección española se jugaba la final de la Nations League frente a Portugal. La alegría de Alcaraz se transformó rápidamente en decepción cuando se enteró de que el equipo de Luis de la Fuente había caído en la tanda de penaltis ante la Portugal de Roberto Martínez.
Su expresión lo decía todo: un gesto serio, de evidente tristeza. Carlos, gran admirador de la selección española, vivió en cuestión de minutos el contraste entre el éxtasis personal y la desilusión nacional.