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26 de abril de 2024

Daniel Lacalle: «El conflicto de Ucrania va a afectarnos muchísimo»

Entrevista

Daniel Lacalle: «El conflicto de Ucrania va a afectarnos muchísimo»

Al hilo de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, hablamos con Daniel Lacalle, uno de los economistas españoles con más conocimiento de los mercados internacionales. Le preguntamos sobre el impacto que piensa que el conflicto y el nuevo escenario global pueden tener sobre la economía española.
–¿Cuáles considera las principales consecuencias del conflicto de Ucrania sobre la economía española y global?
–Es muy evidente el impacto que va a generar sobre la inflación. Rusia es un gran exportador de paladio, de aluminio, de petróleo y de gas, pero también de trigo. El efecto marginal sobre los precios de estos productos, bienes y servicios va a ser importante. Esos son los efectos, digamos, a nivel general. A Estados Unidos no le afecta mucho el conflicto porque prácticamente no comercia con Rusia. Es independiente en producción de gas natural y prácticamente independiente en producción de petróleo. A la Unión Europea le afecta mucho el conflicto; sobre todo, a los países del norte. Compran una enorme cantidad de gas natural, luego es una dependencia doble: Rusia depende de venderle el gas a los países de Europa, pero los países de Europa dependen de ese suministro. No se va a romper el suministro. Incluso en la crisis de 2014, Gazprom nunca cortó el suministro a la Unión Europea y ahora tampoco va a hacerlo: está garantizado. El impacto para la Unión Europea va a ser muy importante en varios frentes. Primero, en los precios del gas. Serán mucho más altos porque, incluso si pudiese sustituirse el gas ruso con gas de Estados Unidos o de Noruega, sería muchísimo más caro. Además, para la Unión Europea, Rusia es un socio comercial muy importante, y el conflicto tendrá un efecto en las exportaciones de la Unión Europea y en el comercio en general. El impacto de las sanciones a Rusia para la UE siempre se ha calculado más o menos así: por cada dólar de impacto en la economía rusa hay un impacto de 30 o 40 céntimos en la economía de la Unión Europea. Para la Unión Europea significa un crecimiento mucho menor, mayores precios y, por supuesto, mayor incertidumbre.
–¿Cómo lo notaremos los españoles en el día a día?
–Lo haremos de un modo significativo. Rusia es un exportador de trigo importante, y no olvidemos su importancia como exportador de paladio y de aluminio. Nos afectará en muchísimas cosas. La más clara es el precio de la gasolina, del gasóleo y del gas natural. Además de los enormes impuestos que tienen esas materias primas (en el caso del gasóleo o la gasolina son más del 50 % del precio), sufriremos la subida de la materia prima en sí misma. También la subida de la electricidad, porque el precio del gas y el del CO₂ también están afectados por esta crisis. Tampoco podemos olvidar el impacto en el precio de los productos agrícolas. Los precios de los alimentos han subido a máximos de 5 años y el índice de precios de los alimentos de la FAO está en máximos históricos. Ese es otro factor que nos afecta a todos en el día a día. La crisis de Ucrania nos afectará en lo que consumimos diariamente: comida y energía.
–¿Qué medidas podrían tomarse a nivel estatal para aliviar esta crisis?
–Muchos países de la Unión Europea ya están tomando medidas para aliviar el peso para las familias y las empresas de la subida de precios de los productos energéticos o de los combustibles. La principal es bajar los impuestos. El Gobierno se está lucrando de manera absolutamente desproporcionada de la subida de las materias primas. Los combustibles y la energía tienen unos impuestos elevadísimos, pero es que además no se han revisado con la inflación. Lo primero que tiene que hacer el Gobierno español, como se ha hecho en tantos países de la Unión Europea, es reducir los impuestos. No puede mantener los mismos impuestos cuando el precio de las materias primas se ha disparado.
–Volviendo al plano global, hay quien dice que Estados Unidos sale beneficiado económicamente de esta guerra. ¿Qué opina?
–Estados Unidos no sale beneficiado. Aquí no gana nadie. Tengámoslo claro. El gran perjudicado es Rusia, que va camino de una crisis y una recesión fortísimas y de una altísima inflación. Con las sanciones y toda esta situación, el impacto va a ser muy fuerte para ellos. La segunda gran perjudicada es la Unión Europea. Ve cómo una recuperación que ya era muy pobre y muy endeudada empeora, y además con aumento de la inflación. Pero a Estados Unidos le afecta el conflicto. Es verdad que no comercia prácticamente con Rusia. Es independiente en producción de gas y casi independiente, junto con Canadá y México, en producción de petróleo. Pero no nos engañemos: a Estados Unidos este conflicto no le beneficia como país, porque Estados Unidos es el principal actor en el gasto en defensa. Si la OTAN actúa, en realidad quien está actuando es Estados Unidos, y eso significa un coste enorme que sufragan fundamentalmente ellos. No podemos hablar de Estados Unidos o de Europa, porque además muchas de las empresas que se benefician si sube el precio del petróleo, empresas de fracking, ni siquiera son empresas norteamericanas: las hay desde Noruega hasta muchos sitios. No hay beneficiarios en esto. Nadie gana.
–¿Cómo ve ahora el realineamiento global, las nuevas alianzas entre países?
–Creo que básicamente se están fortaleciendo las alianzas que ya existían. Rusia y China son aliados. Probablemente, no son aliados cien por cien en cuanto a objetivos políticos, pero desde luego son aliados naturales. Y claramente la posición de China en la guerra de Ucrania ha sido muy evidente: apoyar a Rusia por omisión. Se está fortaleciendo una cadena de alianzas que ya existía: el oeste, es decir, todo lo que tiene que ver con Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea, manteniendo una posición que, si no es totalmente unificada, desde luego es coincidente. Y, por otro lado, Rusia y China. Es algo que ha estado creándose en los últimos años. La posición de Rusia junto a China, en África y en Latinoamérica, es absolutamente coincidente. Por lo tanto, no estamos viendo nada sorprendente.
–¿Cómo prevé la evolución del mercado de la energía?
–Lo primero que tenemos que entender en energía es que no existe el concepto de dependencia: es codependencia. Cuando decimos que Alemania o la Unión Europea dependen mucho del gas ruso, nos olvidamos de que Gazprom y las gasistas rusas dependen mucho de las ventas a la Unión Europea. Ese concepto de que vas a enviar el gas del Occidente de Rusia a China es un poco ilusión óptica. No tienes más que mirar el mapa para entender las decenas de miles de millones de dólares que se tienen que invertir en unos gasoductos que en muchos casos ni siquiera son posibles de hacer con facilidad. Por lo tanto, hay codependencia en el mundo de la energía: los productores dependen de sus consumidores y los consumidores de los productores. En este entorno, lo que ha saltado de manera muy evidente ha sido la mal diseñada política energética de la Unión Europea y de Alemania en particular. La decisión de Alemania de retirar las nucleares es un factor esencial a la hora de entender el nivel de problema de seguridad de suministro que tiene ahora mismo, tanto para la electricidad como para el gas natural, y su posición con respecto a Rusia. La posición de la Unión Europea en cuanto a la prohibición de desarrollar las reservas de gas natural que tiene la Unión Europea nos está poniendo en manos de que tenemos que comprar gas natural licuado a las empresas de fracking cuando hemos prohibido el fracking en la Unión Europea. Esta crisis vuelve a poner de manifiesto que en la Unión Europea se ha lanzado una transición energética que todos compartimos, pero que no está diseñada de manera competitiva y que no está diseñada con el apoyo y el análisis serio de la industria. Es lo que ha faltado, y en esta crisis ha quedado muy claro.
–El nuevo escenario mundial implicará que la recuperación económica será más lenta.
–El que crea que la Unión Europea va a crecer un 5 % en el año 2022 o que España va a rebotar un 6 % en este año, tiene un problema importante con la evidencia de los efectos colaterales que tiene este conflicto, y los efectos que pueden crear una reacción en cadena tipo dominó. Este conflicto no tiene solamente impacto en el sector de automoción o en el agrícola. Tiene impacto en todo, y es importante entenderlo.
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